Deudas familiares en estado crítico:Nueve de cada 10 familias está en mora con la tarjeta, servicios privados o créditos
- Publicado el 27/05/2025
El endeudamiento de las familias argentinas sigue encendiendo luces de alarma. Según un relevamiento del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas, el 91 por ciento de los hogares tiene algún tipo de deuda. El dato fue confirmado por Germán Romero, referente de ese oeganismo, quien detalló que el estudio se realizó en base a 4800 encuestas a nivel nacional. De acuerdo al informe, el 65 por ciento de los hogares tiene entre dos y tres deudas, el 12 por ciento acumula más de tres y solo el 23 por ciento mantiene una sola deuda. A esto se suma que el 73 por ciento de esas deudas, todavía pendientes, fueron contraídas en el año 2024.
“Esa cifra refleja el impacto de la devaluación de 2023 y la aceleración inflacionaria en el último tramo de ese año y el primer cuatrimestre del siguiente”, explicó Romero. Uno de los datos más preocupantes es el origen de las deudas: el 30,5 por ciento corresponde a saldos impagos de tarjetas de crédito. A su vez, las compras que originaron la deuda son, en el 58 por ciento de los casos, por el uso de la tarjeta de crédito en compra de alimentos. “Una herramienta pensada para financiar bienes durables, hoy se usa para necesidades básicas”, sostuvo.
Detras de las tarjetas como principal responsable de las deudas del hogar, se encolumnan las deudas por servicios privados (10 por ciento de los hogares), el fiado (8,8 por ciento) y créditos bancarios (7,2 por ciento). “El fiado se volvió habitual en todo el país. Muchos llegan al almacén con el cupo de la tarjeta agotado y terminan pidiendo fiado para comprar comida”, agregó Romero.
El especialista advirtió también sobre el deterioro en la situación financiera de las familias: el 28 por ciento de los hogares endeudados ya enfrenta instancias judiciales. “Eso implica intereses, gastos legales, y la pérdida del acceso al crédito. El panorama es complejo: después del fiado viene la usura y, si no pueden acceder tampoco a eso, quedan directamente excluidos del sistema”.
A esta situación crítica se suma el impacto de la quita de subsidios. “La gente no sólo va a tener más dificultades para pagar lo que debe, sino que además pierde una fuente de financiamiento indirecto”, afirmó Romero. El endeudamiento avanza en paralelo a la pérdida del poder adquisitivo: muchas familias no tienen ingresos suficientes y terminan vendiendo lo poco que tienen. “Conozco casos donde tienen que vender una puerta del auto para comprar el pan del día”, graficó.
Endeudamiento que crece
Más allá del crédito informal, también crece el endeudamiento formal, impulsado en parte por el avance de las billeteras virtuales. Según datos del Banco Central procesados por la consultora EcoGo, el crédito total a los hogares representa el 5 por ciento del PBI. Se trata del nivel más alto desde 2018. De ese total, el 3,8 por ciento corresponde a préstamos bancarios y el 1,2 por ciento al financiamiento no bancario, como las billeteras.
“El crédito no bancario ya es 18,2 por ciento superior al nivel de febrero de 2022 y solo 2,2 por ciento menor al pico de marzo de 2018. Si se mantiene esta dinámica, ese récord se podría superar en abril”, señala EcoGo. Este tipo de financiamiento representa el 23,9 por ciento del total de créditos al consumo.
Sin embargo, la expansión del crédito no llega sin problemas: el 10,4 por ciento de estos préstamos están en mora. Es un punto más que el mes anterior y tres puntos por encima del mínimo reciente.
Ingresos en caída
El endeudamiento también se explica por la caída del ingreso disponible de los hogares. Según la consultora Empiria, en el primer trimestre de 2025 los ingresos disponibles bajaron 1,3 por ciento respecto al último trimestre de 2024. En marzo, con un rebote inflacionario del 3,8 por ciento, los ingresos reales del AMBA se redujeron 2,2 por ciento respecto a febrero.
Esto provocó una fuerte contracción del consumo. “Marzo mostró la menor disponibilidad de ingreso desde agosto de 2024. Se deterioraron todos los tipos de ingresos, en especial los laborales registrados, que cayeron 1,2 por ciento en términos reales”, destaca el informe. El ingreso privado formal, que venía estable, se retrajo 1,5 por ciento.
El impacto también se refleja en la actividad económica: en marzo, según el Indec, la actividad cayó 1,8 por ciento frente a febrero. Fue el primer retroceso intermensual en casi un año.
Pese a este contexto, el crédito siguió creciendo: en abril, el financiamiento al sector privado avanzó 4 por ciento por encima de la inflación, con fuerte impulso de los créditos personales, prendarios e hipotecarios. En los últimos 12 meses, estas líneas se duplicaron o más, aunque todavía están lejos del promedio regional.
Fuente Página 12