Por el aumento de la pobreza, crecen los casos de tuberculosis en la Argentina

  • Publicado el 07/09/2024

El caso de tuberculosis registrado en un trabajador administrativo en el Registro Nacional de las Personas (Renaper), que además llevó al aislamiento de una veintena de personas, generó que la enfermedad infecciosa, que parecía olvidada por la sociedad e incluso erradicada, vuelva a estar en la agenda pública.

Un grupo de infectólogos y neumonólogos alertó que el contagio en las oficinas centrales del organismo no fue aislado y que la cantidad de personas infectadas en la Argentina se incrementaron.

El último boletín Tuberculosis y Lepra en la Argentina, elaborado por el Ministerio de Salud y publicado en marzo, advirtió que en 2023 se confirmaron 14.914 infecciones de tuberculosis, lo que representó un alza del 11% en casos y del 10,3% en la notificación en tasas en comparación con el año anterior. Además, detalló que significa una tasa de notificación de 32 cada 100 mil habitantes. El 83,5% (12.456) presentó una tuberculosis pulmonar.

En tanto, se dieron a conocer 733 fallecidos en 2022 por la afección, de los cuales 272 pertenecieron a la provincia de Buenos Aires, 78 a Salta y 72 a la ciudad de Buenos Aires. En este marco, la cartera encabezada por el ministro Mario Russo afirmó que la Argentina se involucró en terminar con la tuberculosis en 2030, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que fueron definidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A pesar de que el Ministerio de Salud todavía no expuso datos nacionales sobre contagios registrados en 2024, la ciudad de Buenos Aires detalló que se notificaron 778 casos de tuberculosis hasta la semana 32 en residentes. Por su parte, desde la provincia de Buenos Aires comunicaron 2.593 hasta la semana 30.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) marcó que alrededor de 1.300.000 personas murieron por la enfermedad en 2022, de las cuales 167 mil también portaban VIH. El organismo recordó que se trata de la segunda infección con más mortalidad luego del Covid-19.

En diálogo con C5N, el infectólogo Hugo Pizzi señaló un alza en la cantidad de contagios: "Hay un aumento de casos en los últimos tiempos, que nos llamó mucho la atención tomando la parte concreta de la pandemia para acá. Tuvimos épocas donde nos fue bien y disminuyó a la mínima expresión. Ahora que nos está yendo mal estamos con problemas nuevamente. Por eso se están delineando nuevos protocolos para salir a buscar a la gente porque hay muchos que dejaron el tratamiento y hay que tratar de recuperarlos nuevamente".

En tal sentido, la neumonóloga Gabriela Herrero detalló la cantidad de personas que asiste con tuberculosis diariamente. "Trabajo en dos instituciones públicas en zonas bastante vulnerables y de 15 pacientes que evalúo por día, en 5 o 6 hago un diagnóstico de tuberculosis. Hay que prestar atención", expresó.

Por su parte, Leticia Limongi, del sector de neumonología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) manifestó el incremento de casos, pero mencionó un mejoramiento en la tasa de notificación de los contagios: "Las últimas estadísticas que tenemos son de 2023, en las que hubo alrededor de un 10% más que en 2022 pero también eso se debe a una mayor tasa de notificación de los casos".

"A partir de la pandemia los médicos empezamos a utilizar más el sistema SISA, que es donde se vuelcan los casos que debemos notificar de enfermedades contagiosas", añadió.

La pobreza, un factor clave en el aumento de casos de tuberculosis

Pizzi remarcó el lugar que ocupa la pobreza en la suba de contagios de la afección: "Todo esto se debe a que hay pobreza y hacinamiento. Eso lleva a que en una misma habitación haya varias personas. Además, la pobreza siempre va acompaña de mal nutrición y eso da un terreno fértil para cualquier patología infecciosa. La pobreza sigue siendo el factor predominante del impacto residual de la pandemia".

En este marco, el jefe de la unidad de infectología del Hospital Rivadavia, Martín Hojman, alertó por los grupos que se encuentran más expuestos a contraer tuberculosis. "Hay que tener en cuenta que también es una enfermedad que tiene que ver con lo social y económico, la gente que vive hacinada o con malas condiciones nutricionales tiene más riesgo de contraer tuberculosis. Igualmente, no todos los que tienen tuberculosis pasan por eso", expresó.

En tanto, Limongi explicó el motivo por el cual la enfermedad no se erradicó: "Sigue habiendo tuberculosis en el mundo porque el tratamiento es tan efectivo que al mes o a las pocas semanas el paciente deja de toser y se siente mejor. Muchas veces esa mejoría clínica provoca que el paciente abandone el tratamiento y eso hace que haya recaídas y aparición de resistencia. Mucha gente piensa que es una enfermedad erradicada y no es así. Nuestro país no está exento".

Por otro lado, Herrero manifestó el rol de la medicina en la diagnosis. "Hay que ajustar el diagnóstico rápido de la tuberculosis, informar con pautas publicitarias porque a veces se subestiman los síntomas y llegan los pacientes al consultorio, que consultaron en las guardias previamente y se los trató como cuadros comunes. No es que todos los cuadros de tos o moco sean tuberculosis, pero hay que prestar atención a los pacientes que concurrieron tres o cuatro veces por un cuadro de tos y no resuelve. Sospechar la enfermedad hace que se pueda hacer un diagnóstico más rápido", señaló.

"El aislamiento es del paciente enfermo": el protocolo por la tuberculosis

Por otro lado, Limongi detalló cómo es el procedimiento luego de que se registran contagios por la afección. "El aislamiento es del paciente enfermo y no de una persona normal que está en contacto, lo que hay que ver es si tiene la enfermedad o si sólo tiene una infección tuberculosa porque la persona puede infectarse y no enfermar", marcó.

En tal sentido, se refirió a los contactos estrechos: "Si la persona sólo se infectó y no tiene ningún factor de riesgo, hay que controlarla y darle una medición preventiva para que esa infección no pase a enfermedad pero esos pacientes infectados y que no están enfermos no contagian. A los contactos se los estudia y si están enfermos, se van a aislar, sino se controlarán".

"El paciente que contagia es el enfermo y lo importante también no es sólo que contagia en el momento sino lo que pudo haber contagiado cuando no sabía que estaba enfermo, por eso hay que controlar a las personas de contacto estrecho, que son los convivientes y si es un adolescente o chico, a los compañeros del aula o cercanos o una oficina cerrada a los que están en un misma oficina, no la oficina de otro piso o porque alguna vez se lo cruzó en un ascensor", diferenció.

En esta línea, distinguió el riesgo de contagio de la tuberculosis con el Covid-19: "Esto no es como el Covid-19, que uno estornuda o tose y la persona que está al lado tiene gran riesgo de contagio. En la tuberculosis tiene que haber un contacto bien estrecho y en general se enferman las personas vulnerables, que tengan algún tipo de condición clínica que ponga en riesgo el hecho de enfermarse, como en niños pequeños o alguna condición de inmunocompromiso".

Por su parte, el infectólogo Ricardo Teijeiro, quien se desempeña en el Hospital Pirovano, agregó: "Un contacto estrecho es el que tiene más de 20 horas semanales, por ejemplo un compañero de trabajo o de aula en un colegio. Se hace una radiografía de tórax junto a una prueba llamada derivado proteico purificado para ver si tiene anticuerpos y cómo reacciona. Si es positivo, se le da tratamiento y si es negativo no pero se lo sigue controlando. A los contactos íntimos, como los convivientes, se les da una profilaxis, que es una medicación durante un tiempo como prevención de la enfermedad".

La vacuna BCG y el prolongado tratamiento

También, los especialistas recordaron el tratamiento contra la tuberculosis, que en muchos casos se extiende durante más de seis meses, por lo que marcaron que en varias oportunidades se registró que los pacientes lo abandonan por su prolongación. Además, subrayaron la relevancia de que los niños recién nacidos se apliquen la vacuna BCG para evitar un agravamiento del cuadro de salud que incluso puede llevar a la muerte.

Limongi explicó el motivo por el cual se debe tomar medicamentos durante varios meses: "Es con varias drogas porque actúan en distintos lugares del bacilo, se absorben distinto. El tiempo prolongado es para asegurar que no haya una recaída. Casi el 98% de los pacientes tiene una curación importante. Los que hacen bien el tratamiento es difícil que recaigan. En general, son dos meses de cuatro medicamentos antibióticos y cuatro meses de dos medicamentos. Cuanto más precoz es el diagnóstico, mejor evolución tiene".

Teijeiro vinculó la desatención a la enfermedad con la suba de contagios: "La afección requiere de un tratamiento prolongado, que dura no menos de seis meses, con varios comprimidos que se deben tomar muchas veces y en forma continua, entonces muchas veces eso hace que el paciente lo abandone porque no tiene recursos para acercarse a un hospital, se agota y tiene poca adherencia porque tiene que tomarlos todos los días o se olvida. Eso provoca que la tuberculosis se mantenga y hasta vaya aumentando cuando tenemos una depresión económica importante".

Además, Pizzi alertó por una falta de vacunación. "La vacuna contra la tuberculosis es obligatoria cuando uno nace y por eso los niños tienen la marca famosa de la BCG. La gente dejó de vacunarse. Disminuyó notablemente la cantidad de vacunación en general, no sólo de tuberculosis. Es una enfermedad que se la puede manejar bien pero si la dejas, pega al cerebro y genera la meningoencefalitis tuberculosa por TBC y también puede llevar a una tuberculosis ósea", advirtió.

Los síntomas de la tuberculosis

-Fiebre

-Dolor en el pecho

-Sudores por la noche

-Pérdida de peso

-Palidez

-Tos con expectoración

-Cansancio

 

Nota C5Nweb