Una multitud marchó por Pan, Tierra, Techo y Trabajo en el día de San Cayetano

  • Publicado el 08/08/2024

Con una Plaza de Mayo a tope, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) junto a la CGT, las dos CTA y la Mesa de Organismos de Derechos Humanos denunciaron que el gobierno de Javier Milei está llevando a la Argentina “a la peor crisis humanitaria que haya vivido” y, como tal, se mostraron haciendo frente común. El día de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, se convirtió este año en una jornada de protesta con un elemento novedoso: la confluencia en la calle de las centrales sindicales con los movimientos sociales. Sindicatos y organizaciones de los trabajadores informales pusieron el foco en el problema del hambre, y coincidieron en que la salida a la crisis será política: va a depender -plantearon-, de sostener una unidad que le permita al movimiento popular recuperar el gobierno.

El vocero presidencial Manuel Adorni salió a primera hora de la mañana a cruzar la jornada de lucha: “Lamento que una fecha religiosa, que la gente celebra de buena fe, sea aprovechada por figuras políticas que son los responsables del desastre económico que el gobierno heredó”, dijo en su conferencia de prensa habitual en la Casa Rosada.

Para ese entonces ya se sabía que el peronismo bonaerense se iba a sumar a la protesta. Lo hizo con una delegación del gobernador bonaerense Axel Kicillof, encabezada por su ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque y el ministro de gobierno, Carlos Bianco, que llegaron acompañados por un grupo de intendentes.

También se movilizaron las organizaciones piqueteras de izquierda.

Novedades

¿Que es una marcha de San Cayetano desde 2016? Básicamente, una expresión de los trabajadores de la economía popular. Cartoneros, cocineras de los comedores comunitarios, cuadrillas de urbanización, de limpieza urbana, cooperativas textiles, productores de la agricultura familiar usan esta fecha, desde hace nueve años, para mostrar que existen --que trabajan aunque no tengan empleador, que son entre un tercio y la mitad de la población económicamente activa-- y sobre la base de reclamar políticas públicas y reconocimiento de derechos.

Todo eso volvió a estar presente este miércoles. Pero primero, vale contar lo nuevo: los gremios cegetistas.

Pablo Moyano y Héctor Daer, triunviros de la central obrera, subieron al escenario, pero no hablaron y se mantuvieron en un discreto segundo plano. Aún así, llenaron las calles: los sindicatos de la CGT se concentraron en Diagonal Sur, cubriéndola de punta a punta.

Camioneros encabezó la columna, con todas sus ramas. Otro gremio que movió fuerte fue UPCN (estatales). Estaban también Udocba, Luz y Fuerza, la Uocra, los docentes del Sadop, los trabajadores de encargados de edificio (Suterh), Dragado y Balizamiento, que se referencia en otro histórico cegetista, Juan Carlos Schmid. La Corriente Federal de Trabajadores que dirige Sergio Palazzo, la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales vinculada a Vanesa Siley.

La confluencia de este sector sindical con las organizaciones sociales, aunque deseada desde hace años por los referentes de las organizaciones de la economía popular -y especialmente por el Movimiento Evita-, hasta ahora les había sido esquiva. Resultó toda una señal de los tiempos -del daño provocado por Milei y sus políticas ultraliberales- aunque habrá que ver, claro, si se sostiene.

No olvidemos otros presentes en la plaza, como la Central de Trabajadores de la Argentina y la CTA Autónoma. Los estatales de ATE -en paro- llevaron un muñeco gigante de Milei con un cartel colgado al cuello: “Sin paz, ni pan, techo ni trabajo”. El Polo Obrero y otras organizaciones de izquierda concentraron frente la Catedral, con una columna independiente.

Los discursos

Había sol, y en la plaza hubo buen humor y un cierto clima de fiesta: que ni siquiera Milei arruine el encuentro.

Los organizadores del acto hicieron un agradecimiento irónico a la Policía Federal, “que con 300 efectivos acompañó a la procesión” al entrar en su tramo final, desde el Congreso hasta Plaza de Mayo. Y en el ingreso de San Cayetano al escenario --la figura de yeso del patrono llevado en andas, acompañado por la virgen de Luján y la virgen Negra--, una banda se despachó tocando la marcha peronista.

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, se ligó varias alusiones por no entregar los alimentos a los comedores comunitarios (“por el capricho de una cheta que no laburó en su vida”) y cosechó, junto a Milei, las mayores críticas.

El titular de la UTEP, Alejandro Gramajo, recordó que “cinco funcionarios de primer nivel tuvieron que dar explicaciones por mantener encanutada la mercadería en los galpones. Ha quedado descubierto que son unos mentirosos, y que como gobierno están ejecutando un plan de empobrecimiento y de ruptura de las organizaciones populares y sindicales. Lo necesitan para estabilizar este modelo destinado a favorecer a una minoría absoluta. Quieren a las organizaciones sindicales y populares desmoralizadas, desorganizadas; no lo tenemos que permitir”.

Por la Mesa de Organismos de Derechos Humanos habló Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora: “Si el hambre es un crimen, los que esconden la comida son criminales”, remarcó, y alentó a la plaza cantar “¡entreguen la comida!". El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel advirtió que “estamos sufriendo una guerra silenciosa, el hambre tiene consecuencias”. Hugo Godoy, titular de la CTA Autónoma, recordó que en ocho meses de gestión el gobierno libertario “duplicó la indigencia, hoy hay ocho millones y medio de argentinos que padecen hambre y 25 millones vivimos bajo la línea de pobreza”.

Mientras la protesta de San Cayetano llegaba a su final, en la Cámara de Diputados se levantaba la sesión por falta de quórum; el oficialismo bloqueó así la posibilidad de que se creara una comisión para investigar la visita de seis diputados de La Libertad Avanza a los genocidas alojados en la Unidad 31 de Ezeiza. Daniel Catalano de ATE Capital, que habló en representación de la CTA de los Trabajadores, marcó el contraste entre la movida de los diputados en favor de los represores y el hecho de que dos detenidos por manifestar contra la Ley Bases, Daniela Calarco y Roberto Gómez, aún permanezcan presos. También pidió por la libertad de Milagro Sala.

La conflictividad va a crecer 

Hubo también una reivindicación de las cocineras de comedores y merenderos, que vienen siendo allanadas por las denuncias judiciales impulsadas por el gobierno. Los organismos de derechos humanos, en un gazebo, recibieron donaciones de alimentos para darles una mano. Los organismos se mostraron con un discurso frontal en este sentido, y sus referentes históricos le pusieron el cuerpo. Además de Almeida, que este año cumplió 94,  y de Pérez Esquivel, de 92, estuvo en el acto Vera Jarach, de Madres Línea Fundadora, de 96. 

Las iglesias hicieron su parte en la apertura de la jornada, en un acto de bendición de las herramientas de trabajo que se hizo por la mañana, cerca de la iglesia de Liniers. Allí estuvieron Gustavo Carrara, el cura villero que el Papa Francisco nombró obispo,  y el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina Jorge García Cuerva, también promovido por Bergoglio. 

En simultáneo a la protesta realizada en la ciudad de Buenos Aires hubo otras similares en Misiones, Jujuy, La Rioja, Chaco, Corrientes, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, San Juan, San Luis, Río Negro, Entre Ríos y Tierra del Fuego se repitió la misma confluencia de gremios y movimientos sociales.  

Pablo Moyano, que no tomó la palabra arriba del escenario, sí hizo declaraciones al bajar. “Cada vez crece más el hambre y la pobreza, por eso es tan importante esta jornada de unidad en la calle. Es una provocación que el gobierno le haya dado otra oportunidad a Sturzenegger; él fue funcionario en 2001, cuando acá hubo 39 muertos, Patricia Bullrich también fue funcionaria cuando hubo 39 muertos, y Caputo es el responsable de la fuga, con Macri, de más de 50 mil millones de dólares. ¿Ellos nos van a sacar? Argentina, con esta casta que nos gobierna, no tiene destino. Lo único que no queda es la confrontación. Este es un gobierno que ataca a los trabajadores y hay que confrontarlo en la calle y conformando un gran frente nacional para el año que viene, que nos permita tener mayoría en ambas cámaras. Hay que ponerle un freno, en la calle y en el Congreso de la Nación”.

 

Fuente Página 12-Por Laura Vales