Frente a la pandemia, en EEUU testean un método usado en Junín para el mal de los rastrojos

  • Publicado el 14/04/2020

A partir de la pandemia del coronavirus, especialistas de todo el mundo están estudiando diferentes alternativas científicas para darle solución a la emergencia sanitaria mundial: posibles antibióticos, fármacos con anticuerpos, ensayos clínicos. A su vez, en Estados Unidos se está investigando un método que fue utilizado hace 50 años en la epidemia del mal de los rastrojos que se extendió por nuestra región. Se trata del uso de plasma de personas convalecientes, una técnica que la semana pasada fue aprobada por la agencia del gobierno norteamericano. 

Esta metodología ya había sido implementada por profesionales locales a finales de los años 50, cuando se dio la epidemia de fiebre hemorrágica argentina más grave hasta ese momento, en un brote que abarcó los partidos de Alberti, Bragado, Chacabuco, General Viamonte, Junín, Nueve de Julio y Rojas, comprendiendo una superficie total de 16 mil kilómetros cuadrados y una población de más de 260 mil habitantes con un alto índice de mortalidad. La técnica, ayudó a superar la crisis sanitaria de aquellos años.

Durante la epidemia del ‘58, los pacientes comenzaron a ser derivados a Junín porque la ciudad contaba con un hospital regional y por eso se habilitó una sala especial destinada a la investigación y tratamiento. Dr. Héctor A. Ruggiero, el ginecólogo Alberto Cintora, el médico clínico Clemente Magnoni, el traumatólogo Fernando Pérez Izquierdo y el bioquímico Héctor Antonio Milani, formaron parte de ese equipo de trabajo. A raíz del estudio comenzaron a ensayar un tratamiento con suero de convalecientes, que usaron en forma similar a la que se prescribía en otras enfermedades infecciosas, observando que los enfermos mejoraban de manera notoria y concluyeron en que la transfusión de plasma de convalecientes podía dar mejores resultados. En 1959, el Centro de Investigación y Tratamiento de Junín comenzó a utilizar en forma empírica plasma inmune, que hoy es tratamiento específico para la virosis.

Por su parte, el doctor Alberto Zubieta era el médico de la localidad de Leandro N.Alem, donde se dieron muchos casos y si bien el doctor declaró que no había un tratamiento específico para esos caso, el grupo de investigadores logró un importante avance: una persona que había tenido el mal de los rastrojos, por lógica, se presumía empíricamente que tendría defensas que le habían permitido curarse, por eso se le sacaba sangre, para obtener el plasma para dárselo, dosificado, a los enfermos. Hasta el día de hoy, se conoce a estas células en la literatura médica como las Células de Milani, que permitieron, entre otras cosas, iniciar más precozmente los tratamientos. 

Omar Sued, infectólogo y miembro del grupo de expertos que asesora al Gobierno Nacional en las medidas a tomar frente a la pandemia del coronavirus, confirmó al diario La Nación días pasados que en la Argentina también se están preparando protocolos para utilizar el plasma de personas convalecientes de Covid 19, con el objetivo de evitar los cuadros graves de la enfermedad.

 

Fuente: Democracia