El negacionismo avanza en el Ministerio de Defensa

  • Publicado el 25/11/2025

El gobierno de Javier Milei está, desde hace meses, impartiendo cursos de “derechos humanos y verdad completa” entre los militares en actividad y aquellos que se están formando. Oficialmente, lo presentan como “un mensaje de concordia política y perdón”, pero, en realidad, los seminarios están en manos de integrantes de organizaciones que abogan por la vuelta a sus casas de los represores presos. El proceso, iniciado por Luis Petri, posiblemente se profundizará con la llegada al ministerio de Carlos Presti. El actual jefe del Ejército es hijo del represor Roque Presti y nunca repudió en público los crímenes de su padre. La designación de un militar al frente de la cartera fue denunciada como un retroceso por organismos de derechos humanos, ya que implicará la militarización de la política de defensa y la partidización de las Fuerzas Armadas. “No corresponde. No está preparado para eso”, afirmó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Hace 44 años que un militar no ocupaba el Ministerio de Defensa. No es solo un giro en la política democrática, sino un hecho que desde el gobierno se presenta como una revancha histórica. El anuncio de su designación fue presentado como el fin de la “demonización” de las Fuerzas Armadas.

No es la primera vez que desde el gobierno de La Libertad Avanza (LLA) se habla de demonización o persecución de los militares para referirse a la rendición de cuentas por graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante los años del terrorismo de Estado. Lo hizo hace unas pocas semanas Luis Petri, que desde el próximo 10 de diciembre estará en la Cámara de Diputados.

En un acto reciente en el aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, Petri marcó dos hitos de su gestión al frente de Defensa. Por un lado, la eliminación de los equipos de relevamiento y análisis documental (ERyA), a los que calificó como “nefastos” y dijo que se usaban para “carpetear” a militares por portación de apellido. Por otro, afirmó que contaba la “historia completa” y se reivindicaba a los “héroes de los ‘70”.

En marzo de 2024, Petri echó a los expertos que trabajaban con los archivos de las Fuerzas Armadas para contribuir con los juicios de lesa humanidad. Poco después, designó como asesores a Arturo Larrabure y Silvia Ibarzábal dentro de la Dirección Nacional de Derechos Humanos, Género y Derecho Internacional Humanitario. Ambos son hijos de militares muertos tras el copamiento de unidades militares por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en 1974.

Larrabure e Ibarzábal vienen desde hace tiempo trabajando juntos. A mediados de 2005 –de acuerdo con lo que consigna Guido Braslavsky en su libro Enemigos íntimos–, ambos conformaron junto a José Sacheri la Asociación de Víctimas del Terrorismo Argentino (AVTA). Sacheri –en representación de ese grupo– pidió en octubre de 2006 en un acto en plaza San Martín una amplia amnistía. Larrabure también fue parte de Argentinos por la Pacificación Nacional (Arpana). Todos estos grupos confluían en una mesa de coordinación en la que también estaban la organización de Cecilia Pando o Jóvenes por la Verdad, que, por entonces, comandaba Victoria Villarruel.

Larrabure integra el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), que preside Villarruel; Ibarzábal es parte de la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas del Terrorismo en Argentina (Afavita). En julio pasado, Larrabure le había dicho a Infobae que había represores que estaban muy mal y que no podían estar en una cárcel. En diciembre, Afavita impulsó un hábeas corpus en favor de los represores que están presos.

Larrabure e Ibarzábal deambulan por liceos con un seminario de “historia completa”. Página/12 consultó formalmente en el Ministerio de Defensa cuáles eran los contenidos que se impartían, quiénes eran los docentes y con qué bibliografía se manejaban.

La respuesta fue escueta. “El ciclo de conferencias aludido se enmarca en la política de derechos humanos y verdad completa impulsada por el gobierno nacional y consiste principalmente en los testimonios de Silvia Ibarzábal y Arturo Cirilo Larrabure, quienes fueron víctimas directas del terrorismo”, dice la contestación oficial.

“Además de narrar sus vivencias y brindar su testimonio genuino, ambos expositores dejan un mensaje de concordia política y perdón que emociona a los interlocutores y es digno de destacar”, concluye ampulosamente Joaquín Mogaburu, director nacional de Derechos Humanos, Género y Derecho Internacional Humanitario del Ministerio de Defensa.

Mogaburu, que suele peregrinar junto a Larrabure e Ibarzábal, está a préstamo en el Edificio Libertador. En realidad, él es secretario del Tribunal Oral Federal (TOF) 7 de los tribunales de Comodoro Py. Se trata del TOF que está llevando adelante el juicio de los “cuadernos”.

De acuerdo con la contestación oficial, no hay bibliografía ni programa, solo una cuestión testimonial de dos militantes de la “memoria completa” que no esconden su empatía con los perpetradores de crímenes aberrantes.

Desde que estuvo al frente del Ejército, Presti encabezó distintos actos de “memoria completa”. El mes pasado, estuvo en el regimiento de Formosa para homenajear a quienes defendieron el cuartel ante el intento de asalto de Montoneros. Coincidió allí con la vicepresidenta.

Presti entró al Ejército en 1984, cuando ya había vuelto la democracia. Sin embargo, conoce de primera mano lo sucedido durante la última dictadura. Su padre, Roque Presti, fue jefe del Regimiento de Infantería Mecanizada 7 de La Plata, que tuvo a su cargo el Área 113. Desde allí se dieron las órdenes para secuestrar a los estudiantes secundarios de La Plata desaparecidos en lo que se conoce como la Noche de los Lápices o para llevar adelante el operativo que terminó con el asesinato de cinco militantes y el secuestro de Clara Anahí, la nietita de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, cofundadora de Abuelas de Plaza de Mayo.

“Próximos a cumplir el 50 aniversario del último golpe de Estado, la designación de Presti, un ‘hijo obediente de genocida’, provocó un fuerte rechazo de dirigentes políticos y sociales. Su padre, Roque Presti, responsable de centros clandestinos de La Plata, falleció impune. Su hijo nunca se pronunció en contra de los crímenes de su padre ni de la dictadura militar. Al contrario, fue formado por los genocidas, que conocemos bien”, resaltaron desde Historias Desobedientes, el colectivo que aglutina a familiares de represores que actuaron durante la última dictadura.

Un exjefe de Presti contó a este diario que siempre mantuvo un perfil muy bajo y que no hacía comentarios sobre su padre. Estuvo destinado al área de Prensa del Ejército durante el kirchnerismo, cuando había un fuerte impulso de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.

Tampoco Presti hablaba de sus preferencias políticas. En una entrevista que le hicieron el año pasado en Neura, le preguntaron sobre el involucramiento de los militares en seguridad interior y lo único que respondió fue que el Ejército era respetuoso de la ley. Acto seguido, trazó una línea entre políticos y militares.

Está claro que él cruzó esa división al aceptar sumarse al gabinete de Javier Milei. En las fuerzas, se rumoreaba sobre su adscripción a LLA cuando empezaron a advertir que participaba en comitivas a Estados Unidos. Petri ya había incorporado a un exjefe del Ejército al Ministerio, Claudio Pasqualini, al principio de su gestión. Pasqualini, considerado un cuadro con liderazgo dentro de la fuerza y uno de los cruzados por la memoria completa, estuvo el jueves pasado en una iglesia en Stella Maris, frente a los tribunales de Comodoro Py. El obispo castrense Santiago Olivera, que aboga por la libertad de los represores presos, prepara para este miércoles una misa para agradecerles por sus servicios a Petri y Patricia Bullrich.

Para Estela de Carlotto, toda la movida de colocar a Presti en el ministerio persigue un objetivo. “Esto es iniciar una situación de violencia en la sociedad, cuando ya sabemos la vida que ha tenido la Argentina con los golpes de Estado, con las dictaduras y con todo lo que hemos sufrido”, señaló.

 

 

Fuente Página 12