Caputo, a dos manos, pisa precios y salarios
- Publicado el 07/05/2025
En algo más de un año y apremiado por la tensión inflacionaria, el ministro de Economía, Luis Caputo, quemó en la hoguera de los Friedman y los Von Hayek toda la bibliografía del libre mercado: en las últimas horas, según supo Página I12, el funcionario convocó a los grandes supermercados para pedirles que sigan rechazando las listas de alimentos con aumentos y, en paralelo, se metió de lleno a intentar trabar paritarias superiores a la pauta de entre 1 y 3 por ciento que pueden homologar para evitar una disparada en el IPC.
Esto último, además, lo hizo en una discusión salarial emblemática, la de los empleados de Comercio, que sumando los montos fijos superó el 9 por ciento de incremento, ya aprobado por las empresas y el gremio de Armando Cavallieri. "Esto se va a ir todo a precios", les advirtió "Toto" a las partes, rompiendo aquella idea del Presidente Javier Milei de que las paritarias son un hecho libre entre privados. De todos modos, los convocados al encuentro le advirtieron al Gobierno que el acuerdo se pagará, lo homologuen o no.
En este escenario, en sus oficinas de Hacienda, Caputo recibió este martes cerca de mediodía a los popes de las empresas nucleadas en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), todos gerentes de las grandes cadenas. "Gracias por el esfuerzo, pero tienen que seguir", les pidió, de acuerdo a lo que contaron a este diario fuentes que presenciaron el convite. Se refería el ministro a la práctica de rechazar listas de aumentos enviadas por las empresas proveedoras que integran la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal). Es que en ese encuentro el propio Caputo deslizó que hay firmas, como el caso de las aceiteras, que no cedieron a su pedido de bajar precios. Es decir, el ministro admitió que el modus operandi de apretar a la vieja usanza, no rindió sus frutos y debe apelar a que los supermercados sean su paraguas anti desbordes. "Me tienen que ayudar", les solicitó de manera amable.
Las aceiteras lo pasan como poste caído
Este diario relató hace un mes que Aceitera General Deheza (AGD), Molino Cañuelas y Bunge, que entre las tres tienen el 60 por ciento del mercado, no habían cedido al pedido de Caputo de retrotraer listas con aumentos de hasta el 9 por ciento, producto de la devaluación posterior a la salida del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la apertura del cepo cambiario.
El asunto recrudeció en las últimas horas porque el dólar oficial se estabilizó por sobre los 1200 pesos, es decir, en los papeles ya se produjo una devaluación de casi 12 por ciento. Por eso, las empresas proveedoras no aflojan con las listas de precios nuevos y el ministro quiere evitar que el efecto de esa rebeldía se expanda.
Para el Gobierno, frenar esta dinámica es central: el IPC de marzo, que dio 3,7 por ciento, llegó al 6 por ciento de aumento en el rubro Alimentos y Bebidas. Si bien en INDEC admiten que en abril no se verá tanto pase a precios en el rubro, Caputo observa que en mayo podría de nuevo haber un salto fuerte, que además podría coincidir con más presión cambiaria. Es Alimentos el sector que más pesa en el IPC. Por eso, el ministro no sólo tabica subas en góndola, sino que busca que se negocien paritarias a la baja.
Un pie arriba de los sueldos
En paralelo, Caputo le ordenó al secretario de Trabajo, Julio Cordero, tumbar el acuerdo paritario de Comercio. A tales fines, fueron convocados ayer a la cartera laboral la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) y la Cámara de Comercio (CAC), que preside Natalio Mario Grinnman, uno de los empresarios de mayor afinidad con Milei. En ese mitin, les pidieron a las partes algo inédito, que bajen los aumentos conseguidos en una discusión "entre privados". En principio, no lo consiguieron. Las partes se negaron.
A Caputo no le gustó que se comunicara una suba del 5,4 por ciento en la paritaria mercantil, muy por encima de la pauta homologable de entre 1 y 3 por ciento. El problema, además, es que ese acuerdo tiene una suba de casi el doble de la acordada. Por eso el ministro apuesta todo a tumbarla. Además, del costo total de los comercios y supermercados, el salario explica el 60 por ciento, es decir, ese aumentó se irá a precios en góndola sin mayores vueltas.
Veamos los números que el Gobierno quiere que no se vean y por los cuales opera para bajar esa discusión salarial que alcanza a 1,2 millones de trabajadores. La paritaria de Comercio cerró con subas de 1,9, 1,8 y 1,7 por ciento a pagar en los meses de mayo, junio y julio, respectivamente. Además, tiene sumas fijas mensuales con un primer tramo de 35 mil pesos, siendo el tercero y cuarto tramo, de 40 mil pesos. Este último, también, se incorpora al sueldo básico de julio. De este modo, incorporando esos montos, la paritaria mercantil termina siendo del 9,6 por ciento, es decir, muy por encima de lo que el Gobierno quiere homologar.
En la reunión mencionada, Cordero les pidió a Grinnman y Cavallieri que entendieran que ese acuerdo "es inflacionario". El sindicato respondió que no se puede medir de esa manera lo que es la recuperación del ingreso de los trabajadores. Y Grinnman quedó en una posición incómoda, porque el Gobierno lo contaba entre los ceos que podían ayudar, pero aquí aparecía validando una paritaria por encima de la media.
Nota Leandro Renou -Página 12