Marcha multitudinaria por el asesinato de Fernando Báez Sosa, Junín, también reclamó Justicia
- Publicado el 19/02/2020
La marcha en apoyo al reclamo de justicia por el asesinato del joven Fernando Báez Soca, frente al congreso, se replicó en todo el interior del país. Una multitud abrazó y acompañó desde su lugar a los padres de la víctima por el hartazgo de toda una sociedad ante los hechos impunes de violencia. Junín no fue la excepción, la concentración se realizó en la Plaza 25 de Mayo y allí se marchó en pedido de justicia.
Dos horas antes de la convocatoria (a las 18 Hs), empezaron a llegar al Congreso miles y miles de personas, con imágenes, carteles y pancartas de víctimas que murieron en asesinatos por sucesos violentos, los que nunca se visivilizaron y de los que la justicia nunca se encargó. Los padres de Fernando se convirtieron en la representación de cientos de padres y madres que perdieron a sus hijos y a los que se le fue la vida pidiendo una condena que nunca llegó. Las Madres del Dolor, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, familiares de las Víctimas de Cromañon, estudiantes y Asistencia a la Víctima, entre tantos otros, se unieron en pedido de justicia. De una vez por todas: Justicia.
Graciela levanta sus brazos al cielo y grita: “¡Justicia por Fernando!”: ¡Levanto mis manos con orgullo, porque mi hijo era un chico decente!”, dice y una multitud entre carteles, banderas argentinas y paraguayas, la aplaude. Pegada a ella como siempre, Silvio, su marido que la abraza, le acerca una silla, la sostiene. El escenario estaba colmado por los compañeros de Fernando, incluida su novia, quienes extendieron un cartel con la consigna: “Justicia por Fernando. Asesinado en Gesell. Vivamos sin violencia”. También se encontraban José María Ventura, el padre de Pablo, que se acercó desde Zárate, los abogados de la familia Báez, Fernando Burlando y Fabián Améndola.
“Mi hijo amaba la vida y lo mataron a traición. No le dieron la oportunidad de defenderse. Él tenía metas, objetivos. Tenía una novia, Julieta, que lo amaba. Lo que le hicieron, nos arruinó la vida, él era nuestro sostén”, Graciela llora y tiembla al mismo tiempo que intenta poner en palabras un dolor indescriptible, pero sigue: “Mi vida no es fácil, no tengo palabras, pero verlos a ustedes me da fuerzas, les agradezco por venir, por acompañar. Yo estoy aquí para pedir justicia por mi hijo y por todas las víctimas de violencia”.
“Mi casa está vacía, veo su cama hecha que ya nunca más va a usar, sufrimos su ausencia, pero él nos va a dar luz y la fortaleza que necesitamos. Él está aquí, con nosotros, él está con ustedes. Me esperaba para comer juntos, y todo eso ya no lo tengo. Por eso quiero justicia para mi hijo. Porque era un chico decente. Que esto no quede impune, que se haga justicia. ¡Quiero justicia! Y que mi ángel bendiga a todos, y nos de fuerzas para seguir, en estos días tan duros” concluye, mientras aprieta fuerte la remera que lleva puesta con la imagen de su hijo.
Durante la presencia de los padres de Fernando en el escenario se mostraron dos videos conmemorativos. El primero mostrandolo desde niño, con sus padres, en grupos de amigos, con su novia en la playa, en la montaña rusa, en su casa. El segundo, relacionado al proyecto solidario “Servir”, donde se mostró su tarea acompañado por el grupo de compañeros, en la construcción de una sala. Sin dudas, el momento más emotivo de la tarde fue musical y lo dieron los amigos y compañeros de Fernando, al interpretar “El misterioso dragón”, de Víctor Heredia. La música, como siempre hizo la suyo, y la gente entre lágrimas, se empezó a desconcentrar.