Piden que vaya a juicio Lucas Acosta, por amenazar a su ex y difundir un vídeo íntimo

  • Publicado el 29/07/2025

El arquero de Sarmiento, Lucas Acosta, se encuentra a un paso de ser juzgado por amenazas coactivas y la difusión no autorizada de un vídeo íntimo, tras una denuncia radial por parte de una joven identificada como Belén S.

Los hechos ocurrieron el 19 de julio del 2024, cuando Belén, al llegar a su vehículo estacionado en Gaspar Campos al 1000, Vicente López, encontró en el parabrisas un mensaje intimidatorio compuesto con recortes de revistas y diarios que decía: “Hija de puta, si no dejas a tu novio subo el video”. Posteriormente, horas más tarde, la joven constató que la amenaza se había concretado: una grabación íntima donde ella practicaba sexo oral a un deportista profesional fue difundida sin su consentimiento en un grupo de Telegram.

La denuncia fue radicada el 20 de julio de 2024 en el Centro de Atendedores de Denuncias (CAD) de la Policía de la Ciudad. La situación se agravó semanas después, cuando el 14 de agosto la víctima recibió una llamada telefónica de Acosta con amenazas directas: “¿Así que me denunciaste? Hija de re mil puta, ahora cuídate porque te mando a matar”. A esto se sumó un mensaje vía WhatsApp con el siguiente contenido: “Así que me denunciaste hdp cuidate x q te mato”.

El fiscal nacional en lo criminal y correccional Leonel Gómez Barbella, encargado de la investigación, solicitó formalmente la elevación a juicio del caso. En su requerimiento, subrayó que "las pruebas colectadas durante la instrucción conforman un cuadro probatorio idóneo para avanzar a juicio, habiéndose comprobado, con el grado de provisoriedad propio de esta etapa, tanto la materialidad del hecho como el rol protagónico de Acosta".

Este pedido marca un paso crucial en la causa judicial contra el futbolista, que deberá enfrentar en los tribunales las graves acusaciones por las que está imputado, en un contexto donde la justicia está cada vez más atenta a los delitos vinculados a la violencia de género y la difusión ilícita de imágenes íntimas.

 

Fuente La Nación