Milo Samperi: “desde el momento en que lo decidís, ya sos una persona trans, es así y nadie te puede decir lo contrario”.

  • Publicado el 27/04/2020

Milo Samperi, tiene 21 años, es de Junín, y se define como un chico trans y bajito, aunque deja una cuota de misterios a través de su Instagram para que sus seguidores descubran alguna otra característica de su personalidad. Carismático y seguro de sí mismo, comenzó su proceso de transición hace un año, cuando terminó de descubrir, después de muchos tiempo, lo que quería en realidad para su vida. A365 dialogó con él para saber más de su historia, cómo decidió comenzar su transición, quienes lo acompañaron y cómo fueron los años previos, gesto que Milo resaltó porque explica que las mujeres y chicos trans, no tienen lugar en los medios de comunicación. 

El joven recuerda que cuando era chico jugaba al básquet y se sentía fascinado con esa vestimenta, también rememora cuando jugaban a la “mamá y al papá”, con sus amigas, él siempre hacía de ‘Gonzalo’ y siempre era el varoncito. Si jugaban al “hotel”, hacía de conserje masculino o una persona masculina que limpiaba las habitaciones. A su vez, trae a su memoria que la única persona trans que conocía era a Flor de la V, y que no se hablaba del tema, nadie explicaba que era una mujer que había nacido hombre, pero había decidido transicionar y realmente era una mujer: “estaba en la tele, pero no se daba información sobre eso”, toma conciencia hoy el joven.

“Los años anteriores a la transición fueron difíciles porque no lograba encontrarme a mi o no lograba detectar qué era lo que me pasaba, qué era lo que yo sentía realmente. Por ahí escuchaba más a mi cabeza que a mi corazón. A los 12 años me compraba ropa grande, pongamosle ‘de hombre’, me ponía zapatillas grandes, y andaba mucho en skate, realmente me sentía muy cómodo, pero en cuestión de meses regalaba toda esa ropa y me compraba blusas, tops, polleras, vestidos y maquillajes que nunca usaba. No encajaba en eso, ahora lo cuento con gracia, pero en ese momento fue muy difícil”, empieza a relatar su historia Milo, quien además admite que no tenía información respecto a los varones trans y empezó de a poco a identificarse cuando se emitió la novela “100 Días para enamorarse”. Ese mismo año se autopercibio como homoxexsual, era una mujer que le gustaban las mujeres, pero no estaba en su cabeza ser un chico trans.

Como en tantos otros casos, la novela “100 Días”, que emitió su primer capítulo el 7 de mayo de 2018 por Telefe, fue el disparador para que muchos hombres y mujeres trans, dieran un primer paso para cambiar sus historias. En el caso de Milo, no fue la excepción: “le mande un mensaje desde Buenos Aires a mi mamá para comentarle que me sentía como Juana”, describe, haciendo alusión a el personaje de Maite Lanata.

Exactamente el 5 de febrero de 2019, fue el día que Milo decidió lo que quería definitivamente para su vida: “estábamos en Uruguay con un amigo y su familia de vacaciones, ese día estaban durmiendo la siesta, menos yo que estaba en la habitación leyendo. En un momento me levanto porque tenía que depilarme, me siento al borde de la cama, me mire y me dije: ‘No, yo no quiero esto para mi’, y con esto no estoy catalogando que depilarse sea de mujer o de hombre, es para quien quiera hacerlo. En ese momento yo quería vestir como hombre, poder tener el cuerpo, la estructura física de un hombre y todas esas pequeñas cuestiones”, describe. 

Con una corta edad, Milo transcurrió un camino largo en poco tiempo.  Se contactó con una ONG, de Trans Argentinxs, quienes informaban en sus historias de instagram que en el Hospital Fernández de Buenos Aires podía iniciar el tratamiento hormonal. Se lo contó a sus  amigas, una de ellas conocía a Liz Pedemonte, Asistente Social que forma parte del Espacio Amigable de Diversidad Sexual de Junín, y cuando volvió de sus vacaciones fue directo para ese espacio donde Franco y Liz lo asesoraron y ayudaron. “Yo no voy al espacio, a mi tratamiento lo lleva adelante mi médico clínico de cabecera, pero recomiendo el Espacio Amigable de Diversidad Sexual, porque cuentan con distintos profesionales”, aconseja Milo a quien lo necesite.

En base a lo que es es tratamiento hormonal, Milo aclara que es totalmente gratuito, con obra social o sin ella y describe respecto al procedimiento: “La testosterona se puede aplicar en nuestros cuerpos de dos formas distintas, tenemos los geles y la inyección, yo inicie mi tratamiento con éstas últimas. Lo que produce el efecto de la testosterona es modificar, por ejemplo, el grosor de la voz, como así también el vello, te empiezas a salir barba, pelos en la espalda y en las piernas, como en todas partes del cuerpo. Se nos modifica también la distribución de las grasas, inclusive las glándulas mamarias sufre alguna deformación y se hace más chica. En algunos casos no hace falta operarse, en otros, si. Es fundamental una buena alimentación, hacer deporte, y durante los primeros 70 días lo más recomendable es no consumir alcohol y tampoco tabaco porque retrasa los efectos. Además es muy necesario hacerse los análisis de sangre por lo menos cada tres o cuatro meses para llevar un control de cómo estamos y cómo la hormona está afectando en nuestro sistema.”

El joven es claro en sus conceptos: “de todas maneras si vos optas por no inyectarte y querés ser una persona trans lo vas a ser, no es necesario tener el DNI, inyectarte o hacerte ninguna de las operaciones, desde el momento en que vos decidís, ya sos una persona trans, es así y nadie te puede decir lo contrario”.

En su proceso de transición también tuvo que elegir su nombre, y nos cuenta cómo fue ese momento: “yo creo en la numerologia, me metí en una página de internet que te permite elegir con qué letra querías que empezara tu nombre y lo pense con la inicial de mi nombre anterior que es María Emilia, elegí M, el número que a mi me gustaba y en entre un montón de nombres que saltaron.  Elegí Milo”.

“Si uno siente que en el corazón hay algo que acomodar,  que cambiar y para eso hay que arriesgarse a pasar por determinadas situaciones que nos van a generar tristeza, yo te digo a que vayas a por eso. Mi mejor consejo es que le pierdas miedo al miedo, que vayas para adelante y lo hagas, sea lo que sea. Pienso que todo lo que se haga con el corazón va a salir bien y lo que sale mal nos deja una enseñanza. Nunca es tarde para encontrar tu verdadero yo, y si se te acerca el caso de un niño de  5, 6 u 8 años, te dice que no se siente en su envase, por favor te pido que lo escuches, porque las infancias trans también existen y hay que prestarles mucha atención para poder hacer que su transición sea mucho más sana y evitar momentos duros en su adolescencia”, concluye Milo, el chico “trans,  y bajito”, que invita a animarse y a reflexionar. 

 

Entrevista audiovisual / Primera parte