La historia de Lautaro, el perro que quiere una familia

  • Publicado el 02/07/2019

Lo abandonaron, lo adoptaron y lo devolvieron: la triste  de Lautaro, el perro que quiere una familia

Lautaro se lleva genial con humanos pero no tanto con otros perros. Piden una adopción con mimos para él solo. 

Una asociación proteccionista pide un hogar para uno de sus rescatados. "Vos no sos el culpable querido Lautaro, la gente es la que siempre se equivoca", dice el relato que conmueve en Instagram.

La asociación Los callejeritos de Flores encontró a Lautaro esperando que sus dueños que lo habían tirado en la calle lo vayan a buscar.

Lautaro pasó dos años esperando una adopción que llegó hace cinco meses. Fue a una casa donde debían hacer lo que él ya había hecho: esperar con paciencia. Darle tiempo a que crezca, a que se adapte, a que se forme un vínculo que ni la muerte pueda romper.

A Lautaro, sin embargo, lo devolvieron y quedará encerrado en un pensionado. ¿Mejor que la calle? Sí. ¿Peor que en un hogar? También.

Sus rescatistas imaginan ese abrazo. "El lunes nos reencontraremos después de 5 meses de no vernos. Seguro te sentirás feliz, pensarás que fuimos a visitarte, vas a saltarnos y llenarnos de empujones. Algún cabezazo nos vamos a ligar. Nosotros te vamos a llenar de besos sin esperar que los devuelvas, sabemos que no sos besuquero", escriben en Instagram.

Ellas le piden perdón por la inhumana humanidad. "Una vez más te vuelven a fallar, como cuando te abandonaron años atrás...", se lamentan. Y enumeran ese contraste que tiene él... Y todos nosotros.

"Vos sos como sos, salvaje y manso, dulce y bruto, enérgico y tranquilo. Sos un perrazo, lleno de matices, hermoso y leal...", aseguran, mientras piden una adopción para siempre, llorando.

No es una explicación decir que Lautaro fue abandonado porque rompió un objeto, porque no entendió o porque necesitaba más salidas. Se trataría de otra artimaña para simplificar lo que nosotros no podemos decir o comprender.

Los perros tampoco entienden todo. Pero sí aman al instante. Lo que pasa es que a veces, en ese juego de diferencias y tiempos, ellos tardan más en educarse que sus humanos en descartarlos.

Es ésa la incapacidad que destruye todo.

Fuente: Minuto Uno