Javier Milei quiere imponer el plan económico de la última dictadura

  • Publicado el 04/06/2023

Ciertos gobiernos autoritarios solo quieren libertad de mercado pero restringen las libertades más básicas. Actualmente se destaca el caso de Singapur, que lidera el ranking de libertad económica. Lo mismo ocurrió en toda Latinoamérica en el marco del denominado Plan Cóndor, en los años '70. En Argentina, la última dictadura abrazó estas ideas como ningún otro gobierno.

El diputado nacional y referente del liberalismo económico José Luis Espert, en una acalorada entrevista en C5N, se negó a responder acerca de las diferencias entre su propuesta económica y la que llevó a cabo la dictadura militar iniciada en 1976. Lo mismo ocurrió con varios referentes libertarios del país.

Las similitudes

En materia económica, la última dictadura militar (1976-1983) es casi un calco de lo que proponen los libertarios, con Javier Milei a la cabeza. Al respecto, cabe recordar cómo Martínez de Hoz, ministro de Economía en aquel entonces (1976-1981), hizo un análisis en 1980 sobre el propio plan que llevó a cabo.

Martínez de Hoz dijo que el plan se basó en 12 puntos fundamentales que apuntaron a la eliminación de los controles de precios, de los controles de cambio y de las intervenciones para regular la tasa de interés y el sistema financiero. También se bajaron gradualmente los aranceles para las importaciones y se eliminaron los impuestos a las exportaciones (hoy llamadas “retenciones”). 

A su vez, se liberó el mercado de alquileres, acompañado con aumentos en los servicios públicos (agua, luz y gas). Para terminar de reforzar estas ideas libertarias, se quitaron los subsidios y protecciones para ciertos sectores, así como también se suprimió la intervención sindical, facilitando a su vez los movimientos de capitales provenientes del extranjero con su correspondiente transferencia tecnológica.

Sería difícil para un libertario estar en desacuerdo con alguno de estos puntos. Aunque seguramente argumenten que se implementaron medidas con demasiada premura o en su defecto con demasiada lentitud, o bien que algo no se hizo o que algo se hizo de más. Por ejemplo, probablemente estén en contra del enorme endeudamiento externo en el que incurrió la dictadura, pero eso no fue más que una consecuencia de toda su política.

Estas no fueron ideas que no hayan estado en la mente de varios economistas previo a la dictadura militar. Lo que ocurrió es que con el uso de la fuerza y usurpando el poder fue posible implementarlas sin restricciones. De esa forma se llevaron a cabo muchas de las ideas que están dando vueltas actualmente en el corolario libertario. 

Incluso, se eliminó la actividad sindical, una de las principales restricciones para poner en marcha esas políticas. Por ende, en algunos aspectos se puede sostener que la dictadura militar pudo ir más a fondo con la implementación de ideas libertarias de lo que podría ir, hoy en día y en democracia, cualquier partido que apoye estas ideas.

Liberalismo y dictaduras

Cabe preguntarse por qué estas políticas de libertad económica en Argentina se implementaron mediante una dictadura militar, al igual que en Chile, con el gobierno de Augusto Pinochet. En el país trasandino, Milton Friedman prestó colaboración y tuvo largas conversaciones con el dictador sin manifestarse jamás en contra. 

El economista austríaco Friedrich Hayek sostenía que una dictadura podría ser necesaria para un período de transición. Ludwig Von Mises tuvo palabras elogiosas para el fascismo y otras dictaduras. Alberto Banegas Lynch (P) habló acerca de los “nobles fines” del Proceso de Reorganización Nacional. Álvaro Alsogaray consideró la última dictadura como una “oportunidad” para hacer reformas. 

El propio Milei asesorando al genocida Antonio Domingo Bussi es la mejor muestra de que los vínculos siguen estando, una vez finalizada la dictadura. De hecho, el hijo de Bussi es candidato a gobernador de Tucumán por La Libertad Avanza, el partido del economista libertario. Grandes referentes de la libertad económica estuvieron ligados a los gobiernos autoritarios que, no casualmente, restringían las libertades más elementales.

Consecuencias

Las consecuencias del experimento nefasto de la dictadura fueron contundentes en materia económica. Creció el desempleo, el PBI industrial se desmoronó, aumentó la desigualdad y el endeudamiento externo y el salario sufrió la mayor caída de la historia argentina. El derrape de este último generó, como nunca antes en toda la historia económica argentina, un impacto social tan grande que jamás se pudo volver a los valores previos al uso de la violencia estatal. 

 

 

Nota P12-Guido Agostinelli