Hoy se cumplen 46 años del asesinato de Mugica, el sacerdote de los pobres

  • Publicado el 11/05/2020

Carlos Mugica, fue uno de los sacerdotes que influenciados por las luchas populares de los años 70 optaron por comprometerse con lo más pobres y vulnerables de las sociedades latinoamericanas. Ese compromiso y esa cercanía con el pueblo fue la que no le perdonaron los sectores de la derecha que habían cooptado el gobierno de Isabel Perón. El 11 de mayo de 1974 Mugica fue asesinado. 

Sus primeros tiempos como cura los pasó el norte de la provincia de Santa Fe. Allí, de regreso en Buenos Aires, dio clases de Teología en la Universidad del Salvador y cumplió labores en la secretaría de Caggiano. En la parroquia de Santa Rosa de Lima comenzó su contacto con familias pobres y con el peronismo. Mugica adheriría a los postulados de una Iglesia con compromiso social a través del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo.

Mugica se convirtió en consejero espiritual de Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires. Allí, entró en contacto con el grupo de estudiantes que formarían el grupo primigenio de Montoneros y comenzó su ministerio en la villa de Retiro.

En noviembre de 1972 integró la comitiva del vuelo chárter que trajo a Juan Domingo Perón desde Roma, tras 17 años de exilio. Durante los días que el líder justicialista estuvo en la Argentina, recibió a un grupo de sacerdotes tercermundistas. Mugica fue el artífice del encuentro. Tras el regreso al poder del peronismo, Mugica fue invitado a colaborar en el Ministerio de Bienestar Social de José López Rega, con quien no tuvo una relación cordial. A tal punto, que Mugica se convirtió en uno de los blancos predilectos de El Caudillo, revista financiada por el ministro.

El sábado 11 de mayo de 1974, Mugica fue emboscado en Villa Luro. Acaba de dar misa en la iglesia de San Francisco Solano cuando se disponía a subir a su auto. Lo acompañaba su amigo Ricardo Capelli, cuando un grupo de hombres los atacó a balazos. Mugica fue acribillado: recibió 14 impactos. Capelli fue herido de cuatro balazos. Los llevaron al Hospital Salaberry, en Mataderos, donde fueron operados. Mugica no se repuso de sus heridas y murió esa noche.

Años más tarde, Capelli reconocería a Rodolfo Almirón, jefe de la custodia de López Rega, como integrante de la patota que los baleó. Capelli tenía visto a Almirón de la época en que Mugica visitaba Bienestar Social. A fines de 2006, en el marco de la investigación por los crímenes de la Triple A, el grupo parapolicial que actuó antes del golpe de 1976, el juez federal Norberto Oyarbide pidió a España la extradición de Almirón y declaró como de lesa humanidad, por tanto imprescriptibles, los delitos de las tres A. Almirón murió detenido en 2009.

Los habitantes de la Villa 31 tienen siempre presente a Mugica. Los restos del sacerdote descansan en la parroquia Cristo Obrero que él fundara en la villa de Retiro.