Hallaron muerta a la enfermera juninense buscada en La Matanza: tenía una jeringa en el brazo
- Publicado el 01/08/2022
Una enfermera que estaba desaparecida desde el viernes fue hallada este lunes muerta en su casa de la localidad bonaerense de González Catán, partido de La Matanza. Se trata de la juninense Elizabeth Di Legge (47), quien trabajaba en el Hospital Churruca porteño y convivía con sus tres hijos y su pareja, Silvio Espíndola, quien había denunciado su desaparición ante la Policía y la prensa. El hombre, también enfermero, quedó demorado en el marco de la investigación.
La víctima era oriunda de Junín donde vivia junto a su familia en el barrio Belgrano, en calle Dorrego, frente a la casa parroquial de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús hasta que se mudaron al conurbano en la década de 1990.
En tanto, personal policial con el apoyo de perros rastreadores, halló el cadáver de la mujer en un galpón ubicado detrás de la casa de la víctima. Según trascendió, el lugar estaba cerrado con llave y el cuerpo tenía una jeringa con una sonda intravenosa colocada en el brazo.
En el lugar también se encuentra el fiscal Matías Folino, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 3 de Gregorio de Laferrere, quien tiene a su cargo la causa que inicialmente se caratuló como “averiguación de paradero”.
Además, interviene personal de Homicidios en procura de determinar si se trató de un femicidio, entre otras hipótesis.
Por su parte, Espíndola, quien también es enfermero, contó esta mañana a Todo Noticias (TN) que el último contacto que había tenido con Di Legge fue a las 10 del viernes último, a través de WhatsApp.
El hombre contó que Elizabeth ingresaba a trabajar al Churruca después del mediodía y que solía viajar en el ferrocarril Belgrano Sur hasta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). “La noche anterior nosotros tuvimos una discusión, pero ni siquiera hubo gritos; fue una discusión que la tuvimos en la cama y después ambos nos dormimos”, relató, y agregó: “Todo me indica que al otro día ella salió de casa a trabajar normalmente.”
Espíndola explicó que el viernes él entró a trabajar al mismo hospital por la mañana y que él la dejó durmiendo con sus hijos. “Cumplí mi turno y recién a la noche me entero que ella no fue a trabajar”, contó el enfermero, quien recordó que la mujer le dejó una nota escrita a mano a su hijo más chico donde le decía “me fui a trabajar.” (DIB) ACR