A 44 Años del último Golpe Militar, cambian las formas, pero no la lucha: Memoria, Verdad y Justicia.

  • Publicado el 24/03/2020

El proceso democrático de Argentina fue interrumpido en 1976, mediante el último golpe de Estado el 24 de marzo de ese año, que sumergió al país en siete años de dictadura bajo el mandato autoritario de los militares Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti.

"Proceso de Reorganización Nacional", así autodenominaron a la dictadura cívico-militar, que encabezó la Junta Militar, la más sangrienta de Argentina, donde se realizaron  prácticas criminales habituales como el terrorismo de estado, mediante el cual miles de personas fueron detenidas, asesinadas, torturadas o condenados al exilio, con el resultado de 30 mil desaparecidos. Incluso, se secuestraron de manera masiva niños y bebés que eran luego entregados a familias de militares.

La violación de Derechos Humanos fue constante y se cometieron múltiples crímenes de lesa humanidad, por los que aún hoy se sigue juzgando a los responsables. Las desapariciones forzadas de personas dieron lugar a la formación de, la hoy reconocida a nivel mundial, Asociación argentina de 'Madres de Plaza de Mayo', que luchan por encontrar a sus hijos y nietos  desaparecidos. Durante la dictadura encabezada por Videla se llevaron a cabo también duros procedimiento de censura, se quemaron cientos de miles de libros y publicaciones, reprimieron brutalmente a grupos políticos, culturales y sectores educativos. 

El regreso de la democracia se dio el 30 de octubre de 1983, con una celebrada jornada electoral en la que resultó ganador  Raúl Ricardo Alfonsín, líder del partido 'Unión Cívica Radical', después una fuerte presión internacional por las constantes violaciones de Derechos Humanos, y por la derrota en la guerra de las Malvinas, tras rendirse ante Gran Bretaña en 1982.

Sin dudas, la lucha y el trabajo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hoy referentes mundiales de organización, han llevado a lo más alto, las banderas de Memoria, Verdad y Justicia. No han cesado en la búsqueda de sus hijos y nietos desaparecidos, y fueron además pioneras en la creación de un Banco Nacional de Datos Genéticos. Hacia 1987 se conformaba un archivo sistemático del material genético y muestras biológicas de familiares de personas que han sido secuestradas y desaparecidas durante la dictadura militar argentina entre 1976-1983 para recuperar a sus hijos y nietos. De este proceso surge la lista actual de 130 nietos recuperados.

El número 114, sumado a la palabra "nieto", es especialmente significativo para el país, ya que se trata de la historia de Guido, el finalmente identificado nieto de Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, referente de abuelas, símbolo de lucha y perseverancia junto con sus pares y nominada por su reconocimiento mundial al Premio Nobel de la Paz. 

En política de derechos humanos, fue el ex presidente Néstor Kirchner y luego, su esposa Cristina, elegida por la voluntad popular como la primer presidenta electa en la historia argentina los que marcarían un fuerte apoyo a Abuelas y un compromiso inamovible que incluyó la anulación de las leyes de impunidad y la reanudación de los juicios contra los represores de la última dictadura. En 2004, Kirchner le ordenó al jefe del Ejército Roberto Bendini que descolgara los cuadros de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone que se encontraban en el Colegio Militar. El gesto plantó de una vez por todas su decisión de encarar una política de derechos humanos que ya había iniciado apenas asumió su cargo. Ese mismo día dio un discurso en el ex centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA y por primera vez un presidente pidió perdón en nombre del Estado por los crímenes cometidos durante la dictadura. Antes, había logrado que el Congreso anulara las leyes de Obediencia Debida y Punto Final para que los genocidas que aún no habían sido sometidos a proceso pudieran ser juzgados.

Todos los años, desde la vuelta de la democracia, una multitud acompaña a esas abuelas de pañuelos blancos en sus cabezas (manera en que se identificaban como colectivo, exigiendo respuestas por la desaparición de sus hijos en los primeros años) a Plaza de Mayo, lugar emblemático de su lucha y de la historia Argentina, bajo el lema: Nunca Más. 

Este año la convocatoria es distinta por la etapa de contención ante el coronavirus que el país y el mundo está atravesando. A través de un comunicado Abuelas invitaron: “A 44 años del golpe genocida, y ante la imposibilidad de marchar como todos los años por motivos de público conocimiento, las Abuelas llamamos a la sociedad a poblar las redes de posteos que nos ayuden a visibilizar que la Memoria sigue viva, que la búsqueda de los nietos y nietas”. Los posteos deberán incluir una breve leyenda en la que cuenten por qué es importante recordar, y los hashtags #ConstruimosMemoria y #MesDeLaMemoria.