El irrefutable patriarcado de la carne

  • Por Leandro Martino -
  • Publicado el 10/08/2019

-Advertencia Previa-

En contra de lo que pudiera insinuar el título de esta nota, no se trata de un panfleto escrito por un vegano radical sino por un carnívoro avergonzado. Lamento decepcionar a los lectores carnívoros acérrimos, que acaso tenían ya desenvainadas las espadas del escepticismo, así como a los veganos a ultranza, que ondeaban las banderas de la victoria. (Aprovecho este espacio para aclarar que el término “irrefutable” debe entenderse en su cabal sentido epistemológico, es decir, del mismo modo que se aplica, por ejemplo, a la teoría de la evolución o a las leyes de la mecánica newtoniana).

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Empecemos por la definición de “Carnismo": Sistema de creencias, o ideología, que condiciona a las personas a comer ciertos animales. Pero cuando comer animales no es una necesidad para la sobrevivencia, que es el caso de la mayoría de mundo hoy en día; es una elección y las elecciones siempre provienen de un sistema de creencias.

Reconocemos que NO comer animales también es un sistema de creencias; el veganismo como tal fue denominado y nombrado hace siglos.

Por el contrario, aún nos referimos a los "no veganos" como "comedores de carne", como si el acto de comer carne estuviera divorciado de un sistema de creencias, como si los veganos fueran los únicos que traen sus creencias a la mesa. 

Sin embargo, la razón por la que la mayoría de las personas come cerdo y no perro, por ejemplo, es porque están escogiendo dentro de un sistema de creencias cuando comen animales.

-¿Por qué, entonces, el carnismo no ha sido conceptualizado hasta ahora? 

Una razón es porque es más fácil reconocer aquellas ideologías que caen fuera de la corriente, como lo sería por contraste el veganismo. Una razón más fuerte es porque el carnismo es la ideología dominante, una ideología tan extendida y aceptada, que sus principios son considerados sentido común, "como son las cosas", en lugar de considerarse un conjunto de opiniones ampliamente aceptadas. Y el carnismo, además, es una ideología violenta y explotadora, organizada alrededor de la intensiva, extensiva e innecesaria violencia hacia los animales.

Los principios del carnismo van en contra de los valores fundamentales de la mayoría de las personas que no estarían dispuestas a apoyar la explotación de otros o perdonar dicha violencia hacia otros seres sintientes. Por lo tanto, el carnismo, como otras ideologías violentas y explotadoras, debe ocultarse para asegurar la participación de las personas; pues sin apoyo social, el sistema podría colapsar.

-"Defensas" del carnismo

Las ideologías como el carnismo se mantienen vivas enseñándonos a no pensar o sentir cuando seguimos sus órdenes, y una de las maneras de hacerlo es bajo una serie de mecanismos de defensa que operan a nivel social y psicológico. La "defensa del carnismo" esconde las contradicciones entre valores y comportamiento, permitiéndonos establecer excepciones a lo que normalmente consideraríamos ético.

La primera defensa del carnismo es la invisibilidad, y la primera vía por la que una ideología permanece invisible es manteniéndose sin un nombre: si no la nombramos, no la vemos, y si no la vemos, no podemos hablar de ella. Pero no sólo la ideología es, en si misma, invisible; sino que también lo son las víctimas del sistema: los miles de millones de animales que permanecen ocultos y convenientemente fuera de la conciencia pública; los crecientes daños al medio ambiente; y los consumidores humanos que están sometidos a grandes riesgos de contagio de las enfermedades más graves del mundo industrializado, y que han sido condicionados para desconectar, psicológica y emocionalmente, de la verdadera experiencia que significa comer animales.

Pero la invisibilidad es sólo la primera línea de defensa en la fortaleza del carnismo. Asi, cuando la invisibilidad falla, el sistema necesita otra defensa: aquí se justifica el hecho de comer animales, y se hace representando los mitos de la carne (y otros productos animales) como si fueran hechos: promocionando las Tres N de la Justificación: comer animales es Normal, Natural y Necesario. 

Las Tres N están institucionalizadas -son apoyadas y mantenidas por grandes instituciones sociales, desde la familia hasta el estado-  y no es sorprendente que también hayan sido invocadas a través de la historia para justificar otras ideologías violentas y explotadoras (como la esclavitud, el patriarcado, genocidios, etc.).

El carnismo también se defiende distorsionando nuestras percepciones de la carne y de los animales que nos comemos, de manera que nos sentimos totalmente cómodos consumiéndolos. Aprendemos a ver a los animales de campo como objetos (nos referimos a los pollos como algo, en vez de como alguien) y como abstracciones, quitándoles individualidad y personalidad ("un cerdo es un cerdo y todos los cerdos son iguales") para crear rígidas categorías en nuestras mentes que nos permitan albergar sentimientos y comportamientos totalmente contradictorios hacia diferentes especies ("la carne de vaca es deliciosa y la carne de perro, asquerosa"; "las vacas son para comer y los perros son nuestros amigos").

Existen numerosas otras defensas que se superponen y apoyan las mencionadas aquí, pero todas las defensas sirven a un único propósito: bloquear nuestra conciencia y empatía cuando se trata de los animales de consumo y de los productos que sacamos de sus cuerpos. Conociendo las defensas del carnismo, somos menos vulnerables a su influencia; somos capaces de salir del sistema y examinar la cuestión de comer animales con nuestros propios ojos, en vez de verlo a través de las lentes del carnismo.

 

-Por ultimo dejo algunos (no todos) argumentos irrefutables sobre el consumo de carne animal.

*La producción de carne es la causa principal del calentamiento global.

Entre el 18% (FAO) y el 50% (worldwatch) de las emisiones generadoras del calentamiento global –la mayor amenaza a la que jamás se ha enfrentado la especie humana– provienen de la producción de carne. Más comentarios son innecesarios –a no ser que se siga intentando tapar el sol con el dedo de la ignorancia. 

*El aumento mundial en el consumo de carne condena a la hambruna a los más pobres.

Nunca en la historia, nuestra especie había consumido tanta carne como hoy –y la tendencia es  creciente. La consecuencia es que los animales de cebo consumen el 35% de los cereales del planeta, mientras que millones sufren de desnutrición. El corolario es implacable: Cuanta más carne comemos, más gente muere de hambre.

 *Los modernos métodos de producción intensiva de carne condenan a los animales a un sufrimiento de por vida.

Los espíritus nobles no pueden sino empavorecerse ante las imágenes de los animales en las granjas de producción intensiva que abundan en la red (al lector de esta especie le advierto que no haga clic en los enlaces): pollos deformados hasta la monstruosidad; cerdos plagados de llagas y tumoraciones; reses sacrificadas en plena consciencia. El precio de la carne es inversamente proporcional al sufrimiento animal.

 

-Conclusión

La evolución de nuestra especie está indisolublemente ligada al consumo de carne. Nuestra ansia troglodita de esa sustancia nos llevó, monos carnívoros insaciables, a perfeccionar el arte de la caza y a sus consecuentes desarrollos tecnológicos. 

El siguiente paso, conocido como revolución neolítica, fue dar cumplimiento al adánico sueño de domesticar el mundo animal (de lo cual los mudos templos anatólicos en el Göbekli Tepe son los más imponentes vestigios). Con ello se operó el salto cuántico cultural que dio lugar a la sociedad humana tal y como la conocemos hoy: animada por un élan vital metabiológico, pero también infestada de avaricia, desigualdad y tiranía.

El siguiente paso adaptativo, dada la situación actual, es tan simple como lógico: disminuir el consumo de carne. Entendamos que la salud, el rescate del medio ambiente, la justicia social y el respeto a la vida animal tienen su precio.

Y estamos dispuestos a dejarle esa deuda a las generaciones futuras!?