Setenta balcones y ninguna flor -Por: Javier Mattioli
- Publicado el 19/11/2020
Si de algo estoy seguro es que quién lea estas líneas tendrá en su memoria y sin importar su edad al menos un atardecer en la laguna marcado a fuego. Y si ha estado atenta/o a la ocasión hasta cuenta con alguna foto subida a sus redes orgullosamente sobre la experiencia transitada en ese instante único donde el sol baja su guardia y lo vemos despedirse ocultándose tras las aguas. Nadie aquí puede oponerse a la afirmación “En la laguna, estés en el punto que estés podrás disfrutar de un atardecer inolvidable” basta con escribirlo en Google para que una catarata de imágenes nutran nuestras retinas.
Pues bien, aparentemente esto no ha sido suficiente y por si faltaran motivos como para generar un nuevo malestar social y ecológico en Junín en estos días nos desayunamos con la penosa idea de un “Balcón del sol” con la excusa de potenciar el turismo local de los mismos creadores de la “Playita en el costero” devenida a arenero con palos y algunos yuyos. En una época donde ellos deberían estar trabajando para cuidarnos ya que somos por su inoperancia la ciudad cabecera en la región de contagios, muertes y falta de políticas locales claves para la precaución ante el Covid-19, los vemos a meta fotos destruyendo un espacio virgen de manera innecesaria.
Afortunadamente contamos con buena gente y gracias a un grupo de jóvenes integrantes de Junin.ambientarg que tomaron rápidamente la posta y salieron a intentar frenar esta locura que provoca daños irreparables a nuestro ecosistema, principalmente a los humedales junto a toda la flora y fauna que en ellos habitan mediante el #FrenoAlBalconDelSol se pudo visibilizar esta problemática y compartirla con toda la sociedad. Simultáneamente en sus redes cuentan además con una petición de firmas que ya lleva más de 1200 adhesiones y que se presentó al intendente y al director de turismo para que paren este desastre provocado de manera arbitraria y sin ningún tipo de estudio preestablecido, yendo inclusive en contra de leyes Provinciales que resguardan y protegen estos espacios.
Quizás mi lado artístico creativo que busca siempre soluciones adversas y poco comunes me hace pensar que esto es solo una distracción para que estemos hablando de ello y no sobre cómo quedará nuestra ciudad pos pandemia y cuan caro nos sale mantener estos políticos que lejos de tomar al toro por las astas y gobernar seriamente culpan y hacen recaer toda la responsabilidad a la misma sociedad que los eligió. Quiero creer que no es así y lejos de asentarme en una mera crítica paso como siempre a desarrollar un plan que ayude a la ecología en nuestra ciudad y que si el gobierno municipal me convoca podremos hacerlo por muchísimo menos presupuesto que esa fantochada insostenible de “balcón”:
Desde el puente Macucho hacia la Laguna de Gómez existen espacios realmente deslumbrantes para quienes los visitamos, son los anteriormente mencionados runners o ciclistas quienes generalmente los disfrutan como así también algunos pescadores entusiastas, tanto si van por la vera del río o costeando el camino al balneario descubrirán allí un sinfín de moradores como nutrias, patos, garzas, lagartos, peces, tortugas, pájaros y tantas otras especies. Todos ellos conviviendo en plena armonía. Pero no puedo dejar de mencionar que la prepotencia del hombre llega allí y descubro en cada paso, residuos de todo tipo, nylon, botellas, latas, plásticos, envoltorios, marcando una permanencia de varias semanas, contaminando e interfiriendo en el día a día de estos animales. He subido un vasto registro fotográfico y fílmico en mis redes (Instagram @javiermattioli o Facebook Javier Mattioli) que avala la desidia que existe aquí. Un Estado presente, que se preocupa por todo su territorio no es aquel que solo coloca luces led en su centro comercial, también debe pensar qué futuro quiere para cada lugar. Considero que aquí se puede generar conciencia mediante carteleras que describan su fauna y flora buscando el interés de las personas por las mismas y cultivando su sapiencia, contenedores clasificadores de residuos en sus entradas, campañas que busquen educar a quienes visitan esta biósfera fomentando el cuidado y la empatía, no es imposible, por el contrario llevaría muy poco tiempo y dinero brindando así una mejora incalculable que incremente y nutra equilibrando el ciclo natural.
Estas son algunas de las acciones que debemos alentar y potenciar. Como dirigente político pienso en el bienestar de la totalidad de la población y eso incluye indiscutiblemente también a los animales, porque hay estudios e investigaciones que demuestran que los humedales sanos evitan enfermedades en las sociedades que los rodean, porque estamos conectados el uno con el otro y porque mi estandarte es y será siempre la cultura y la educación como propulsoras de una sociedad mejor. No quiero ningún balcón para ver el sol, prefiero el destino de ese recurso a la prevención y al cuidado, por un futuro sano y natural.