Se reunieron Cristina Kirchner y Axel Kicillof: El peronismo bonaerense vuelve a ponerse en marcha

  • Publicado el 06/06/2025

El peronismo bonaerense volvió a ponerse en marcha. Tras semanas de especulaciones y meses sin diálogo, el primer llamado entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof —que llegó después de que la expresidenta confirmara su candidatura por la tercera sección electoral— destrabó un reencuentro que parecía lejano. 

La reunión, que finalmente se concretó a última hora del jueves, fue confirmada tanto por el entorno del gobernador como por el Instituto Patria. Como resultado, se acordó conformar una mesa política con representantes de los distintos espacios para intentar delinear una estrategia común que desemboque en listas de unidad de cara a las elecciones de septiembre. Es apenas un punto de partida, pero marca el inicio del intento más concreto por recomponer la arquitectura del peronismo en la provincia.

Cristina Kirchner rompió el hielo tras meses de silencio. A través de su secretario, envió un mensaje a un colaborador de Kicillof y luego mantuvo con el gobernador un llamado breve y amable. “Hablaron cordialmente. Quedaron en volver a hablar en estos días”, confirmaron desde la ciudad de las diagonales. El gesto de la exmandataria representó un giro en su postura. Hasta el lunes respondía con cierta distancia: “Cualquiera que quiera hablar conmigo puede” cuando se le preguntaba por Kicillof.

La confirmación del contacto, incluso antes de que se concrete una reunión presencial, reflejó el clima de una campaña marcada por expectativas que se anticipan a los hechos. La versión de un presunto encuentro al mediodía del jueves —desmentida por ambas partes— circuló mientras Kicillof participaba de un acto en La Plata. “Vamos a tener que acostumbrarnos a tener de estas operaciones dos veces por semana”, ironizaban cerca del gobernador. El encuentro real ocurrió recién por la noche en la ciudad de Buenos Aires. CFK y su ex ministro se vieron a solas y acordaron reactivar una mesa de trabajo para definir el armado de las listas.

La confirmación de la candidatura de Cristina Kirchner llegó el lunes en horario central, durante una entrevista televisiva. Su mayor preocupación, aseguró, es que una derrota en la provincia de Buenos Aires —la madre de todas las batallas— termine “irradiando al resto del país”. Cerca de Kicillof no se mostraron sorprendidos, aunque marcaron cierto malestar: “Debería habérselo planteado en privado al gobernador”, deslizaron. En La Plata tomaron nota de las críticas al desdoblamiento, pero decidieron no darles mayor entidad. La lectura en el entorno del mandatario es que logró imponer tres aspectos clave: su corriente política —el Movimiento Derecho al Futuro—, la fecha de los comicios —el 7 de septiembre— y un calendario que obliga a definir frentes el 9 de julio y presentar las candidaturas diez días más tarde. A eso suman una advertencia: la nacionalización de la elección bonaerense será por la candidatura de CFK. Tras el encuentro, repetían con cautela: “Esto no implica que ya esté todo solucionado ni resuelto. El MDF sigue su construcción”.

Unidad o nada

Los tres actores centrales del peronismo coinciden en que la única forma de ser competitivos es en unidad, aunque difieren en los términos de esa síntesis. Para Cristina Fernández de Kirchner, “con la unidad no alcanza, pero evita catástrofes”. En el axelismo comparten la premisa, pero ponen el acento en los términos del acuerdo. A pesar de las críticas al pliego de condiciones que difundió el ministro de Gobierno, Carlos Bianco —quien pidió “acompañar a mano alzada y sin chistar todos los proyectos del Ejecutivo”—, en el entorno de Kicillof consideran que esa frase resume con crudeza lo que entienden por unidad real. Todavía persisten las heridas de que la Legislatura bonaerense haya rechazado el presupuesto y el endeudamiento enviados por el Ejecutivo.

En concreto, las condiciones que planteó Carlos Bianco, principal armador político del gobernador, fueron claras: la unidad no debe ser a cualquier precio, ni convertirse en una maniobra de último momento para "colar dos, tres o cinco nombres" en una lista. Para el kicillofismo, no alcanza con cerrar una lista, sino que debe tratarse de una estrategia política compartida, con una táctica electoral consensuada y con objetivos comunes a futuro. Bianco también remarcó que, con más de dos años y medio de mandato por delante, el gobernador necesita el apoyo efectivo de todos los sectores. Aclaró, además, que no se trata de una disputa personal entre Axel y Cristina, ni de una pelea por “la lapicera”, sino de garantizar que cada espacio tenga la representación que le corresponde dentro del frente.

Sergio Massa también dio señales. Tras conocerse la candidatura de CFK, dejó trascender que “va a estar donde el peronismo, el país y la gente lo necesiten”. Aunque habla semanalmente con la expresidenta, lo hace exclusivamente sobre economía. Cristina admite que le “encantaría” que Massa encabece la lista en la primera sección electoral, pero en el Frente Renovador parecen tener otros planes. El miércoles, tras una reunión con intendentes en Chascomús, se activó un operativo clamor para que el tigrense vuelva al Congreso. “Varios intendentes le plantearon a Sergio que debe encabezar la lista de diputados nacionales por la provincia”, contó a Página/12 un colaborador. “Osuna y Andreotti le trasladaron que un grupo de jefes comunales de la Primera quiere pedirle que encabece la sección”. La definición llegará pronto. Massa planea recorrer 16 distritos, escuchar a los referentes locales y tomar una decisión que anunciará en el Congreso Nacional del Frente Renovador, previsto para la primera semana de julio.

Este sábado, en tanto, Cristina Kirchner viajará a Corrientes para respaldar la candidatura de Martín “Tincho” Ascúa, actual intendente de Paso de los Libres, donde encabezará una actividad. La elección provincial del 31 de agosto será clave para un justicialismo que busca recomponerse tras años de intervención y sin internas partidarias. La figura de Ascúa, favorecida por la fractura del radicalismo local, se vuelve una apuesta con proyección federal. Las elecciones en esa provincia serán apenas una semana antes de los comicios bonaerenses, donde el escenario no parece alentador para el peronismo. En la intimidad, la expresidenta no oculta su escepticismo. Repite que, para que el péndulo vuelva a inclinarse hacia el campo nacional y popular, primero tiene que existir una opción sólida de este lado.

 

Nota Página 12-Por Paula Marussich