Los jubilados sufren el ajuste en #Junín: en agosto el bolsón de PAMI traía 16 productos y hoy trae 6
- Publicado el 26/03/2019
Por redacción
Las condiciones en las que viven los adultos mayores es preocupante, principalmente en materia económica. Según se pudo constatar desde Agenda 365 cada mes “vienen menos alimentos” en los bolsones que entrega el Pami a todos aquellos jubilados con sueldos mínimos.
La principal causa, a diferencia de lo que plantea el Gobierno Nacional, Provincial y Local, es la inflación. Sube el dólar, suben los productos de la canasta básica, y con estos incrementos vienen las remarcaciones de los principales elaboradores de productos alimenticios.
La crisis económica que viven los adultos mayores preocupa aún más. PAMI entrega dos tipos de bolsones: el A está destinado a los matrimonios con dos sueldos mínimos. Cuenta con 8 productos por un valor de aproximadamente 237 pesos.
El bolsón B es para jubilados solos que no tienen otro beneficio. El costo de la caja de alimentos es de 400 pesos y cuenta con unos 12 productos.
“En agosto compraban 16 productos, en diciembre 9, y hoy compran 6”, contaron jubilados en diálogo con Agenda 365.
Para el año 2018 las proyecciones de Indec indican que 6.838.533 habitantes de nuestro país son personas de 60 años y más (15,4%), siendo 43% varones y 57% mujeres. Es decir, la calidad de vida de los adultos mayores representa una porción significativa de nuestra población.
Además, según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) los precios de los medicamentos subieron un 257 por ciento entre mayo de 2015 y febrero de 2019, en algunos casos esenciales el incremento alcanzó un 560 por ciento; mientras que la jubilación mínima lo hizo en un 172 pro ciento.
Los números no condicen con el discurso oficialista: la pobreza más alta de la década
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer un informe con resultados alarmantes: la pobreza medida por diferentes derechos sociales aumentó del 26,6% al 31,3% de la población en la Argentina, del 2017 al 2018. Esto implica que hoy existen 12,7 millones de personas con carencias importantes para su vida.
Es la cifra más alta desde 2010. En relación a 2017, cuando se ubicó en el 26,6%, se agregaron 1.900.000 nuevos pobres. Los más afectados son las clases medias bajas, los trabajadores y los sectores más pobres, en un contexto de aumento de la desigualdad social.
La novedad de este relevamiento es que va más allá de comparar el ingreso de los hogares con el valor de las canastas básicas, la llamada “pobreza por ingresos” o “pobreza monetaria”. Toma en cuenta y combina con otras carencias básicas de los hogares y por eso se conoce como “pobreza multidimensional”.
A diferencia del INDEC, que esta semana dará a conocer los nuevos números de pobreza y que mide las necesidades de la población por ingreso, el enfoque multidimensional de la UCA realiza una medición sobre 6 dimensiones de carencia humana: la alimentación con indicadores de inseguridad alimentaria, sin cobertura de salud o sin acceso a la atención médica ni acceso a medicamentos; los servicios básicos, que incluyen los indicadores de conexión a red de agua corriente, a red cloacal y acceso a red de energía; la vivienda digna, que comprende hacinamiento, vivienda precaria y déficit de servicios sanitarios; el medio ambiente que revela si hay población sin recolección de residuos, presencia de fábricas contaminantes y espejos de agua contaminada; los accesos educativos como ser inasistencia, rezago educativo en escuela media y en escuela primaria; y el empleo y la seguridad social medidos como falta de afiliación al sistema de seguridad social y desempleo de larga duración.