El arzobispo de Buenos Aires volvió a clamar por los jubilados: "Es una deuda social y moral del país"
- Publicado el 19/04/2025
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, renovó su llamado de atención sobre la difícil situación que atraviesan los jubilados en Argentina, calificándola como una deuda "social y moral" del país. En este sentido, el prelado convocó al diálogo y a superar las diferencias, al tiempo que advirtió sobre los peligros de la "agresión verbal" como antesala de la violencia.
García Cuerva vinculó el gesto del lavado de pies, realizado durante la misa del Jueves Santo y dedicado especialmente a los jubilados, con la necesidad de atender a los sectores más vulnerables de la sociedad.
"La fragilidad en nuestra sociedad está en los niños que viven situaciones difíciles en sus casas, está en los presos, está en los enfermos, está en los abuelos, en cada sector social frágil: también, los jubilados", manifestó en una entrevista radial.
En este contexto, el arzobispo subrayó que "una jubilación digna es parte de no hacerlos descartables, es parte de lo que significan sus derechos que también está bueno que recordemos". Asimismo, enfatizó que "el tema de la jubilación es una deuda moral de la Argentina de hace muchísimos años, esto hay que dejarlo en claro".
García Cuerva recordó la lucha de la activista Norma Plá en defensa de los derechos de los jubilados, señalando que "es una deuda social y moral con nuestros abuelos. Y esto tenemos que confiar todo, de lo que significan personas que han aportado con su trabajo durante tantos años y hoy no llegan a poder comprar sus remedios. No es un problema de ahora, es un problema que venimos viviendo hace muchísimos años".
En su mensaje, el arzobispo también hizo un llamado a superar la confrontación y a construir una cultura del encuentro. "El papa Francisco habla siempre de la cultura del encuentro, de tender puentes. Creo que los argentinos nos merecemos esa oportunidad, la posibilidad de tender puentes y dialogar", expresó. En relación a la polarización que vive el país, García Cuerva la describió como una "herida" que duele en la sociedad, pero que a la vez genera esperanza de "cicatrización".
Durante el viacrucis realizado en la Ciudad de Buenos Aires, el arzobispo propuso cuatro acciones fundamentales: "contemplar, poder mirarnos a los ojos y descubrir que todos llevamos nuestras cruces; abrazar, tratarnos bien. Es clave que empecemos a tratarnos bien, evitar la descalificación, la agresión verbal, que también nos lleva a la violencia; vaciar, vaciar las pesadas cruces; y esperar".
Finalmente, García Cuerva instó a un compromiso colectivo para "hacerle la vida más fácil a los sectores más frágiles" y expresó su esperanza de que "cada uno de nosotros tiene que poner lo mejor de sí mismo para que sea madrugada, para que empiece a iluminarse una Argentina distinta, más allá de que pensemos distinto, sentarnos a una mesa, pensar temas que sean política de Estado y darle para adelante".