Altas temperaturas: cómo evitar y detectar un golpe de calor

  • Publicado el 14/01/2025

Este lunes comenzaron a subir las temperaturas en el centro y norte del país y, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional (SMN), esta semana podría producirse la primera ola de calor del año, por lo que es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar efectos negativos en la salud.

“Lo que llamamos un golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación, al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento”, explica Paola Caro (MN 113.445), directora médica de la empresa de emergencias Vittal. En estas situaciones el cuerpo “tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración por lo que se produce un aumento de la temperatura corporal”.

Además, hay que tener en cuenta que el golpe de calor puede presentarse “en el momento o bien después de varios días de alta temperatura”.

Según explica Caro, “los síntomas de este evento de salud son múltiples”. Los más salientes son: sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C (medida en la axila), sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, cansancio o debilidad, mareos o desmayo, vértigo, agitación, calambres musculares, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos; dolores de cabeza (sensación de latido u opresión), estado de confusión, desorientación, delirio o incluso coma o convulsiones.

“En los bebés además se puede evidenciar la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal acompañado de irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños)”, agrega la especialista.

Si bien cualquier persona puede ser víctima de un golpe de calor, se debe tener especial cuidado con ciertos grupos que tienen mayor riesgo de padecerlo, como bebés y niños, bebés que padecen de fiebre por otras causas, o diarrea, personas con enfermedades crónicas (afecciones cardíacas, renales o neurológicas), niños obesos o desnutridos, personas que tienen la piel muy quemada por el sol, jóvenes que abusan de bebidas con alcohol y de drogas, personas mayores.

“Si notamos que una persona puede estar afectada por un golpe de calor es importante actuar rápidamente. En primer lugar, se debe intentar bajar su temperatura corporal con hielo o con un baño en agua helada. Además, es importante ofrecer agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal), trasladar a la persona a un lugar fresco y ventilado, no administrar medicamentos antifebriles y no friccionar la piel con alcohol”, apunta Caro. Ante los primeros síntomas, se debe consultar rápidamente al médico o acercarse al centro de salud.

Prevención

Algunos hábitos sencillos son cruciales para evitar consecuencias negativas en la salud. La especialista subraya:

-Tomar agua más seguido, incluso aunque no se tenga sed, para evitar una deshidratación.

-Se recomienda vestir ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros.

-Evitar bebidas con alcohol porque aumentan la temperatura corporal y la pérdida de líquido.

-Aumentar el consumo de frutas de verano y verduras frescas.

-Evitar la actividad física intensa y salir a la calle en las horas más calurosas del día.

-Cubrirse la cabeza con un sombrero o gorra y usar protector solar.