50 años después, nos seguimos enamorando de Abbey Road
- Por Juan Manuel Pavón -
- Publicado el 26/09/2019
Era otoño de 2013 y los planetas se alinearon para que pueda viajar a Europa. Después de un Tour hermoso por el continente, llegamos a Londres. Lo primero que hice fue ver qué línea de subte nos dejaba en los estudios Abbey Road. Tomamos el "under" hasta el final de la línea. Subí las escaleras de la estación Maida Vale y al primer inglés que encontré le pregunté "weris abi roud?" No entendió una goma y después de señalarme la remera de los Beatles que llevaba puesta, a la tercera o cuarta repetición de mi pregunta me dijo "aahhh Abbey Road, son tres cuadras y doblás a derecha" (todo en un inglés muy londinense obvio).
Caía una garúa y estaba todo nublado. Las tres cuadras las hice al trote y cuando vi el cartel de la calle de la Abadía, doblé literalmente y empecé a correr... y ahí estaba... parado en el epicentro de la historia de la música de mitad del siglo XX, en el lugar donde la banda que más quiero grabó su último disco (uno de sus mejores), en el lugar de la foto más icónica del rock, pop... de la música.
Abbey Road es un disco que siempre me despertó curiosidad. ¿Cómo pudieron hacer uno de los discos mas icónicos en el medio de su proceso de separación? ¿Cómo fue que John, Paul, George y Ringo editaron su álbum más popular mientras se empezaban a despedir? Abbey Road es la cima histórica de la canción pop. Y sigue siendo su disco más vendido. Pero también representa una despedida agridulce. Los cuatro sabían que era el final. Estas eran sus canciones de amor a los Beatles.
En los outtakes y demos de la edición 50 aniversario, podemos escuchar a una banda encendida y luciéndose. Abbey Road tiene una calidez que lo diferencia del resto de los álbumes de los Beatles y también de los de la época, motivo por el cual su popularidad nunca merma y aún hoy sigue siendo uno de los discos más comprado y escuchados.
Con un comienzo que habla sobre lo colectivo y con unos de los riffs que quedaran grabados en la historia, “Come Together” da inicio a la cara A del albúm. El cambio en el método de trabajo cambió y cada Beatle había usado a los otros como músicos de estudio en sus propias canciones y el resultado es el contraste entre un riff denso con la calidez y una de las mejores canciones de Harrison, “Something”. Incluso fue lanzada como sencillo (El primero que ocupaba una cara A que no era de la dupla Lennon/McCartney). Una delicia inesperada de la edición 50 aniversario, es la orquestación de George Martin, que revela detalles que la hacen aún más increíble.
También un momento álgido de la reedición es el calentamiento vocal de Paul para “Oh! Darling”, otro clásico en el catálogo de los fab Fuor.
Hasta Ringo sobresale con Octopu’s garden, la segunda composición de Stankey para la banda.
Cerrando la cara A está la pieza más experimental del disco “I Want You (She's So Heavy, en la que los muchachos son interrumpidos durante la grabación por las quejas de los vecinos por ruidos molestos. John acepta bajar el volumen, si lo dejan hacer una última toma. Entonces le dice al resto: "¡Última chance de sonar fuerte!"… y sonaron fuerte, dándonos un final con el riff denso y pesado sonando por más de 3 minutos, siendo la segunda canción más larga del grupo después de “Revolution #9”
Y si la cara A del disco nos parecía insuparable, aparece George, con “Here comes de sun” otro clásico, otra excelente composición con rítmicas hindúes y un George hablando sobre la libertad. Parados los tres junto al micrófono, como en los viejos tiempos "Because da paso a una de las joyas de finales de los 60, el clímax del álbum, el medley de dieciséis minutos que está compuesto por varias canciones “cortas” terminadas o a medio terminar, unidas entre sí por McCartney con ayuda de las orquestaciones de George Martin. Muchas de estas canciones fueron escritas y grabadas como demos para el Álbum Blanco y Let it Be. "You Never Give Me Your Money", de McCartney, basada en los problemas financieros que los Beatles atravesaban con su compañía Apple, abría la primera parte de estos medleys, seguida de tres canciones de Lennon: "Sun King”, "Mean Mr. Mustard" (escrita durante el viaje de la banda a la India), y "Polythene Pam". La canción "Her Majesty" (Tema final del disco), era originalmente parte del medley, ubicada entre estas dos canciones, pero a McCartney no le convenció, así que la sacaron. Pero como el operador de cinta John Kurlander había recibido instrucciones de que nunca desperdiciara material creado por los Beatles, ubicó el tema al final del medley después de casi 20 segundos de silencio. La canción quedó en ese lugar, y no apareció en los créditos originales del álbum, convirtiéndose, según muchos, en la primera "pista oculta" ("hidden track") de la historia.
Le seguían cuatro canciones de McCartney: "She Came in Through the Bathroom Window" (Escrita después de que una fan, de hecho, entrara literalmente por la ventana del baño a su casa), "Golden Slumbers", "Carry That Weight" es una de las pocas canciones que contaba con armonías vocales de los cuatro Beatles. Y la última, "The End", contenía el primero y único solo de batería de Ringo Starr dentro de los Beatles cosa que no le gustaba mucho a Ringo, pero la grabación en ocho canales le permitieron que los toms del baterista finalmente exploten como él siempre quiso. Los tres solos de guitarra extendidos, interpretados seguidamente por McCartney, Harrison y Lennon (en ese orden) dan lugar a la línea final, “and in the end, the love you take is equal to the love you make”. Para la opinión de muchos de los que somos fans, esta última línea resume la esencia del mensaje de los Beatles. Que Paul más tarde diría “Me alegro de que muchas de las canciones trataran de amor, de paz, de entendimiento (…) Todo era ‘Todo lo que necesitas es amor’ o ‘Dale una oportunidad a la paz’, había una gran voluntad detrás de todo eso”
Caminé descalzo como Paul, con las manos en los bolsillos como John, de derecha a izquiedra, de izquierda a derecha... caminé y caminé y caminé por esa senda tanta veces como escuche el disco.
Y al final, ya saben, el amor que recibimos es igual al amor que damos y 50 años después, nos seguimos enamorando de este disco.