Selección Nacional Argentina de Pymes
- Por Daniel Oteiza -
- Publicado el 31/03/2019
Si hay un tema en el cual hay consenso en gran parte de la población es sin dudas la importancia de la Pymes industriales para el desarrollo económico y social de nuestro país. Pero a su vez, hay un tema en el cual no hemos logrado ponernos de acuerdo con políticas a largo plazo es sin dudas, las Pymes industriales. Parece de locos, pero son los grandes temas estratégicos los que no hemos logrado resolver en mucho tiempo.
Si hay un sujeto al que podemos caracterizar como bien argento es sin dudas una Pyme. Nuestras micro, pequeñas y medianas empresas son un fiel reflejo de los que nos pasa como argentinos. Inestabilidad, caídas, repuntes, reconversiones y cientos de aventuras empresariales que hacen que ser Pyme hoy en la Argentina sea un acto de pasión y de voluntades individuales. Similar, si se permite la comparación, a lo que ocurre con la selección nacional de fútbol, las Pymes Argentinas están plagadas de recursos y talentos, pero sin proyectos ni organización y sin ideas a largo plazo.
Para lograr esos objetivos es clave la articulación entre estado, trabajadores y empresas que generen las condiciones básicas para asegurar que nuestra producción sea competitiva en países que tienden cada vez más a proteger sus mercados internos y expandir sus exportaciones. En especial, el momento actual de la economía y los indicadores latentes muestran una vez más el riesgo en el cual se encuentra el tejido productivo industrial.
Por esto, creo que los próximos gobiernos, nacional y provincial, deberán establecer un modelo productivo de desarrollo sustentable con inclusión y equidad social, en el actual contexto de la globalización económica mundial lleno de incertidumbre ante la denominada guerra comercial entre EEUU y China. Es fundamental priorizar la industria nacional aprovechando las ventajas comparativas de nuestras materias primas, incorporando conocimiento, mucho conocimiento. Agregar valor a nuestros productos no es una tarea simple, pero posible, con la promoción e implementación de herramientas como la gestión de la innovación, calidad, universidades y entidades de ciencia y tecnología comprometidos con la producción, y la permanente formación y capacitación de nuestra gente, en especial los jóvenes. Desarrollar estás políticas a mediano y largo plazo para que nuestros productos pasen de una ventaja comparativa a competitiva.
Vuelvo al principio de este artículo, somos muchos los que estamos de acuerdo con estos postulados, pero ¿Por qué no podemos llevarlos adelante en forma organizada y sostenible en el tiempo?
Incorporar conocimiento para agregar valor y exportar. Es el camino para generar los dólares que nuestra economía necesita y en tal sentido debemos desarrollar políticas de comercio exterior inteligente, importando la tecnología que nuestro país no puede desarrollar, y que hacerlo debería invertir enormes recursos que no tiene y aun así no tal vez no lograríamos acortar la brecha tecnológica. Exportar nuestros productos competitivos y en los cuales podemos desarrollar grandes escalas de producción. Una plataforma de desarrollo de un modelo industrial exportador es la que puede generar el sector agroindustrial, con décadas de acumulación de conocimiento, que aún no ha logrado incorporar a su cadena el concepto de agregado de valor a través de la industrialización de materias primas. Rápidamente podemos pensar en regiones como la Junín y zona, en la fabricación de aceites, cría de cerdos y pollos, alimentos balanceados, todos ellos con industrialización denominada en origen que permiten acortar la cadena de valor, crear empleo local y eliminar los altísimos costos logísticos que hoy tiene nuestro país.
Si hablamos de modelos a replicar, existe en nuestro país un claro modelo exitoso y a replicar sobre cómo desarrollar un producto altamente competitivo, y es la exportación de reactores nucleares. En materia de industria nuclear los logros obtenidos por son el resultado de acumular por más de cuatro décadas el recurso más valioso y el único que se considera acumulativo en la cualquier organismo o empresa: el conocimiento.
En determinadas ocasiones para poder hacer un rápido análisis de la situación económica, me pregunto ¿quiénes son los que ganan y quienes pierden? Los ganadores (uno de varios) indiscutibles en el modelo actual son los bancos, o mejor llamado el sector financiero. Ante un escenario de tasas astronómicas y falta de financiamiento a la producción necesitamos contar con un sistema financiero sólido y creíble de total respaldo al trabajo. Y a pesar de que muchos estamos de acuerdo en estas ideas, me pregunto, ¿por qué las bancas oficiales no se comprometen con mayor fuerza la banca oficial (Banco Provincia de Buenos Aires y Banco Nación) en la promoción y respaldo a la formación de cadenas de valor y a la innovación tecnológica? ¿Por qué no a partir de las bancas oficiales crear un Banco de Desarrollo verdaderamente industrial al servicio de proyectos que incluyan mano de obra intensiva e innovación tecnológica?
Mientras tanto. Hoy, ahora, ya.
Considerando que estamos en tiempos complejos de crisis que solo dejan a lugar a medidas de emergencia, hay que hablar de prioridades, entre ellas:
- Trabajar para sostener la cadena de pagos de las Pymes en un contexto de altas tasas de interés.
- Reglamentar la factura de crédito para aliviar a las Pymes de la carga financiera por demoras en los pagos.
- Trabajar con los organismos del estado, entre ellos los Ministerio de Producción, el Banco Provincia y Nación, BICE, la AFIP, ARBA y los Municipios de manera de atenuar el impacto del contexto macroeconómico.
- Generar cuentas corrientes que permitan utilizar los saldos a favor en IIBB, y así poder saldar otros impuestos, tales como inmobiliario y/o automotores.
- Establecer un tipo de cambio estable y previsible. El tipo de cambio es un instrumento más, y debe ser competitivo, pero nunca resultado de la especulación financiera.
- Todos los esfuerzos deben orientados a no permitir que ninguna Pyme baje sus persianas y ningún trabajador sea despedido. Nadie más que una pequeña y mediana empresa sabe el costo que representa perder a un trabajador formado y entrenado.
- La industria es parte de la solución a los problemas estructurales de nuestro país. Grandes industrias y pymes generan dólares agregando valor a las exportaciones; crean empleo genuino.
En conclusión, estoy convencido, que sin industria no es posible un progreso económico y social que nos incluya a todos. Esta es la agenda industrial, muchos, la gran mayoría están de acuerdo. Depende de que esas mayorías transformen la idea de una Argentina industrializada en una bandera que haga grande nuestra nación y traiga felicidad a nuestro pueblo.
*Daniel Oteiza nació en Junín. Es Director Ejecutivo de Unión Industrial del Gran La Plata y socio fundador de Pampa Fox SRL.