De intercambio universitario a cuarentena obligatoria: estudiar en épocas de pandemia
- Publicado el 23/04/2020
Si bien, hace tiempo existen plataformas virtuales que permiten realizar cursos y carreras a distancia, es la primera vez que en todo el país las clases se dictan de manera virtual en todos los niveles educativos, tanto primario, como secundario, terciario y universitario, producto del aislamiento social, preventivo y obligatorio. El desafío es tanto para los directivos, como para los docentes y alumnos, que se vieron obligados a modificar pautas de coordinación, trabajo y aprendizaje.
Seguramente, las experiencias de cada uno de los involucrados es distinta y lejos de establecer comparaciones, A365, dialogó con una estudiante de la UNNOBA, para que nos cuente en primera persona cómo transcurren los días estudiando en plena cuarentena. Antonella Pagani tiene 20 años y cursa el cuarto año de la Licenciatura en Diseño industrial, en la sede Pergamino. El cambio de su rutina como estudiante a partir del DNU nacional fue radial, dado que el año pasado realizó un intercambio universitario en Misiones; De pasar 4 meses de experiencias desconocidas y aventureras, Antonella, como otros cientos de estudiantes, pasó a permanecer en su casa, con su familia, realizando sus tareas de estudiante y de trabajo de manera virtual.
“La propuesta del intercambio surgió a partir de un programa de movilidad académica nacional, con un sistema de reconocimiento académico al que mi universidad se unió voluntariamente junto a otras universidades del país. Consiste en cursar un cuatrimestre becado en alguna de las demás universidades adheridas al programa. Cualquier alumno de la UNNOBA que cumpla con los requisitos puede postularse. Me alentaron a hacerlo profesores y autoridades de la escuela de tecnología, quienes también me dieron la seguridad y el apoyo que necesitaba para poder tomar esa decisión”, nos cuenta Antonella respecto al intercambio que experimentó el año pasado.
La joven estudiante eligió la Universidad Nacional De Misiones, en la Facultad de Arte y Diseño que tiene su sede en Oberá: “fue enriquecedor en muchos aspectos, tanto académicos como personales, pude aprovechar un interesante intercambio cultural, apreciar cómo el contexto influye en los diferentes puntos de vista o en la manera de llevar adelante un plan de estudios. Mi intercambio además coincidió con el 6to Congreso Latinoamericano DiSur, un evento de interés para cualquier estudiante de diseño o persona que esté familiarizada con la disciplina. Rápidamente hice amigos que me acompañaron durante todo el trayecto, me encontré con chicos y chicas de toda la provincia, y de provincias vecinas que me enseñaron sobre el lugar, las comidas, la cultura y con los cuales compartí algún que otro viaje en ese afán, como también coincidí con otros estudiantes de intercambio provenientes de Colombia, Brasil, Paraguay, Francia”, detalla entusiasma.
Antonella guarda como tesoro aquella experiencia que seguramente volverá a repetir, aunque no en un futuro próximo, por la pandemia de coronavirus que ataca a todo el mundo. Este año tenía previsto comenzar nuevamente a cursar en la universidad, pero la cuarentena cambió todos los planes: “nos mudamos a Pergamino con mi hermana, Micaela, que este año empezaba a cursar el segundo año de su Licenciatura en Genética allá e iniciamos normalmente las clases durante un par de semanas hasta que surgió todo esto del virus y tuvimos que volver a Junín. Por suerte, la universidad previo esta situación de aislamiento y habían estado trabajando en una plataforma educativa, que es por donde tomamos las clases ahora, estando en cuarentena”, explica Antonella.
La estudiante manifiesta que las clases virtuales se llevan a cabo en los días y horarios en los que normalmente los alumnos asistieron a la universidad o se adecuan a las situaciones extraordinarias de los alumnos, ya que muchos profesores comprenden que no todos tienen las mismas posibilidades o comodidades. Las correcciones de los trabajos se realizan mediante videollamadas o en foros grupales que provee la plataforma, del mismo modo las devoluciones o consultas.
Antonella vive con su mamá María y su pareja Marcelo, sus hermanos Micaela y Ramsés y su abuelo Ángel, de 82 años, que se recupera de un accidente cerebrovascular externo: “en casa somos varias personas y un poco desacostumbradas a convivir, mayormente porque todos teníamos horarios muy distintos y generalmente pasábamos poco tiempo juntos. Pero nos vamos espaciando en la casa y tratando colaborar uno con el otro para que todos podamos realizar nuestras actividades”, nos cuenta en cuanto a las modificaciones de convivencia a las que todos tuvieron que adaptarse.
Para terminar, Antonella se considera una persona muy sensible, a la cual se le dificulta pasar tanto tiempo sin ver a sus amigas y amigos, aunque están permanentemente conectados por las redes, extraña las juntadas, los mates, las salidas. Si bien no es una persona muy hogareña, admite que la “va sobrellevando”, y usa el tiempo libre para enfocarse en futuros proyectos, desarrollar ideas para trabajos prácticos y también mirar películas o series.
“Mi carrera es de esas en que, en algún punto, necesitas que el profe te raye la hoja. Así que si, extraño las enchinchadas grupales, las correcciones de mis compañeros y por supuesto las horas de taller con el mate de por medio. Pero entiendo que este es un momento en el que tenemos que cuidarnos y cuidar al otro del riesgo. Creo que este aislamiento me hizo dar cuenta del valor que tienen los momentos en el aula, el intercambio de ideas y el apoyo de mis pares. Cuando tengamos la oportunidad de salir, sin dudas lo primero que haga va a tener que incluir un plan con mis amigas y amigos”, asegura la joven.