Cannabis medicinal: le secuestraron plantas que usaba para mejorar la calidad de vida de su hijo
- Por Matias Canzonetta -
- Publicado el 16/03/2019
“Tocan timbre, eran tres efectivos de la Policía Federal y me dicen: ‘En este domicilio hay una plantación de marihuana, ¿su nombre es Andrea Otegui?’ Digo que sí y me preguntan si estaba mi esposo. Venían con un papel que tenía datos de mi domicilio, ni nombre y el nombre de Martín que es mi marido.
Y me dicen: ‘¿vos me podés decir algo de esto que te estamos comunicando?’ Les respondo que sí.
‘Si vos nos decís que efectivamente tenés las plantas, nosotros no entramos, si vos las das voluntariamente, procedemos al secuestro y queda en la fiscalía’, me dicen.
Quise evitar eso, y ya habíamos hablado con mi esposo que sí caía la policía siempre a la conclusión que llegábamos era que se lleven las plantas y listo, no queríamos problemas mayores.
Estábamos en casa mi hijo mayor de 14 años y yo, cuando después de charlar con los efectivos de la policía los hicimos pasar, los llevé al patio, y les di las plantas.
Ahí les dije a los policías: ‘yo a mi hijo le elaboro aceite de cannabis medicinal’. Entonces uno de los policías me dice: ‘Sí, sabemos para qué tenés las plantas, estamos acá porque hubo una denuncia anónima’”.
Este es el relato de Andrea Otegui, trabajadora que vive en Junín, junto a su esposo Martín, su hijo mayor de 14 y Joaquín de 10 años.
Joaquín padece espasticidad, un trastorno motor asociado a múltiples enfermedades y discapacidades. Su origen se encuentra en una alteración del sistema nervioso central que provoca un aumento del tono muscular dificultando y/o imposibilitando total o parcialmente el movimiento de los músculos afectados.
“La medicación tradicional que le habían recetado a Joaquín es diazepan, un relajante muscular, que es lo que él necesita lograr, relajar sus músculos, pero su efecto lo relaja del todo, inclusive lo duerme, y por más que se despierte está con los ojos caídos, con la boca que no la puede dominar, la rigidez es hasta en la cara, en los gestos”, cuenta Andrea.
Por un hijo, todo
Andrea y Martín no bajaron los brazos, la búsqueda por el bienestar de su hijo Joaquín los impulsó a métodos por fuera de la medicina tradicional. Fue así como llegaron hasta Rosario, donde funciona una asociación que explica los pasos de producción del aceite y sus efectos.
“No era miedo lo que me pasaba, pero no me animaba a dárselo, más que nada por desconocimiento o los prejuicios”
A medida que se interiorizaban sobre el uso del cannabis medicinal, continuaron las consultas con diferentes médicos. Fue así como el Doctor Carlos Magdalena del Hospital Gutiérrez se encargó de revisar la salud de Joaquín.
“El doctor revisó su historia clínica y nos respondió que a Joaquín le iba hacer bien el aceite de cannabis y me dio indicaciones de como se lo tenía que dar”.
Sobre el uso del cannabis como medicina, el médico Marcelo Morante, profesor de la Universidad Nacional de La Plata y encargado de investigar sus efectos terapéuticos contó en una entrevista al medio periodístico La Gaceta que “en el caso de los niños epilépticos o con autismo, el sistema propio actúa como neuro revelador con el cannabis. Entonces cuando hay un desequilibro, como en una convulsión, y uno le aporta el cannabis desde afuera, pareciera que podría regular el sistema; entonces las neuronas que se están desordenando en convulsión se frenaría”.
Después de la revisión de la historia clínica de Joaquín la familia Otegui empezó a utilizar desde hace dos años aceite de cannabis para mejorar la calidad de vida de su hijo, las pequeñas dosis diarias comenzaron a dar cambios verdaderamente positivos.
“El aceite y el cambio es gradual, no lo ves en el momento, y de poco se empieza a relajar, se afloja su cuerpo, empieza a estirar sus brazos, sus piernas, se relaja, pero no se duerme, está activo, despierto, lúcido”, relata Andrea.
Legal e ilegal
“La resolución oficial número 59/2019, publicada el 6 de marzo en el Boletín Oficial, reglamenta lo aprobado por la ley 27350 sobre uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados, promulgada el 29 de marzo de 2017”
De esta manera reglamentan las condiciones para la producción, difusión manejo y acondicionamiento en invernáculos para el cultivo de cannabis destinado a aceite medicinal, que incluye: solicitar autorización al INASE (Instituto Nacional de Semillas), controles de ese organismo de todos los ciclos del cultivo y asignar a un técnico responsable.
Sin embargo, el autocultivo de cannabis para producir el propio aceite y que reclaman asociaciones como Mama Cultiva quedó excluido de la legislación y por lo tanto seguirá siendo ilegal.
“Es económico de prepararlo, el único gasto es una semilla, gracias al aceite de cannabis a Joaquín le dejé de dar medicamentos que con un cuarto que tomaba lo planchaba, lo tenía dormido todo el día, y no es lo que uno busca”
“Nos vamos a asesorar porque tener tus plantas es lo mejor, para poder hacer la medicina para tu hijo vos mismo. Ahora sin las plantas hay que averiguar dónde comprarlo y el valor es carísimo, no sé qué vamos hacer sin el aceite”, finalizó Andrea.