Lumilagro anunció que importará el 60% de sus termos y que despide a 130 trabajadores

  • Publicado el 12/07/2025

El fabricante argentino de termos Lumilagro anunció un proceso de “reconversión” frente a la apertura comercial, la competencia global y las políticas públicas que desprotegen al tejido productivo nacional. La compañía informó que el ingreso masivo de termos de acero inoxidable provenientes de China a precios bajos y el contrabando obligó a la empresa a reducir su producción local, con alto impacto en el empleo: reducirá un 65% su planta de trabajadores dejando sin empleo a 130 personas.

Según anunció, Lumilagro importará de ahora en más desde Asia el 60% de sus termos y solo seguirá fabricando un 40%. Ese achicamiento productivo para mantener el mercado doméstico será con una reducción de su plantilla de los casi 200 empleados actuales a solo 70.

“Es readaptarse o morir”, argumentó Carlos Bender, gerente comercial de Lumilagro, en una entrevista con Infobae.

La empresa, históricamente dedicada a la fabricación de termos de vidrio, había iniciado hace unos años el desarrollo de su propia línea de acero inoxidable. Pero esa inversión en reconversión industrial quedó limitada por la competencia de productos mucho más baratos. Y, según se quejó la firma, sin controles de calidad equivalentes.

Con el cambio de escenario por el avance desregulador del Gobierno de Javier Milei, la firma contrató a un socio con presencia en China que será el encargado de supervisar en el gigante asiático el diseño propio de los termos y su calidad.

“Lo que hicimos fue tener gente en China que está produciendo con diseño de Lumilagro y está por entrar el primer container”, adelantó el gerente comercial de la empresa.

Desprotección, desregulación y libertad para derrumbarse
La eliminación de los aranceles antidumping para la importación de termos y recipientes isotérmicos provenientes de China, vigentes desde 2001 y renovados en tres ocasiones, fue un punto de inflexión para Lumilagro.

La empresa solicitó la revisión de estas medidas bajo el argumento de que competir con los productos chinos, que ingresan a precios por debajo del costo de la materia prima local, era insostenible.

Según datos de la Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE), la producción local cayó un 26,5%, las ventas internas se redujeron un 32% y el empleo en el sector disminuyó un 31% en los últimos años.

La capacidad instalada de las plantas, que en 2021 era del 51%, se desplomó a un alarmante 21% en 2024. EN resumen, un proceso de desindustrialización que también afecta a otros sectores.

Contrabando, otro problema

Además de la apertura importadora, Bender atribuyó la crisis propia al aumento del contrabando: “Todo lo que es contrabando es dañino para la actividad industrial y comercial”.

Lumilagro accedió a información oficial de importaciones bolivianas, las analizó y sacó conclusiones: Bolivia, con 12,5 millones de habitantes y sin cultura de mate, importó más de 4 millones de termos de acero desde China a un valor unitario muy bajo. “Obviamente esos termos no quedaron en Bolivia, y la mayoría entraron a Argentina”, argumentaron.

El gerente comercial criticó la dificultad de controlar un circuito que combina pasos de frontera formales con transporte ilegal en camiones. Agregó que el ingreso masivo de productos de acero muy baratos y de «dudosa calidad» conspiró contra las ventas de la industria local. En ese sentido, cuestionó los cambios normativos en el estampillado: complicaron, denunció, la capacidad del consumidor para diferenciar un producto legal de uno ingresado irregularmente.

 

 

Fuente El Ciudadano-Tiempo Argentino