Esto arrancó mal porque no se puede tapar el sol con las manos

  • Publicado el 13/12/2023

El gobierno de Javier Milei arrancó con el pie izquierdo en lo que se refiere a transparencia y cumplimiento del contrato electoral. No tiene que ver tanto con las medidas económicas -que eran cantadas- sino con una serie de gestos que tienden al ocultismo, que dañarán en el mediano plazo la relación con sus propios votantes y que lesionan seriamente el derecho al acceso a la información de todos los argentinos.

La seguidilla de traspieses comenzó el día mismo de la asunción, cuando se decidió no transmitir la jura de ministros. Más allá de consideraciones y excusas particulares, es derecho del ciudadano conocer las caras y las voces de los tipos que van a tomar decisiones trascendentales respecto de su vida. Por fuera de algún videito que se difundió en las redes, no sabemos por ejemplo, por qué causas juraron los nuevos funcionarios -y ese es un dato menor, pero no tanto.

Para colmo, la única foto que se difundió oficialmente tiene unos retoques digitales que escandalizarían a Susana Giménez.

 

La cosa no mejoró cuando nos enteramos que hubo un decreto que modificó los requisitos para ser funcionario, con el sólo objeto de que Karina Milei pudiera incorporarse al nuevo gobierno. El nepotismo no sólo está mal visto -es un símbolo de la casta- sino que era, hasta hace pocas horas, ilegal, al menos en la administración nacional. Ya no.

La línea se va a seguir torciendo en las próximas horas para que pueda sumarse Rodolfo Barra como procurador del Tesoro, excedido en años para la ley y en antecedentes penosos para quien esto escribe. No va a definir el Congreso ni la Justicia, que le viene tomando el gustito a eso de gobernar, sino la firma del Presidente -el primer interesado.

Ayer, el ministro de Economía, Luis Caputo, contó en un mensaje grabado las próximas medidas del gobierno, que impactarán primariamente en los sectores de la producción y del trabajo. Devaluación, quita de subsidios, suba de impuestos y retenciones, incremento de las ayudas sociales y poco más.

Se estila que este tipo de anuncios se hagan en conferencia de prensa, para que periodistas especializados -o que al menos así se consideran-, puedan preguntar y repreguntar. Por ejemplo: desde cuándo va a ser efectiva la quita de subsidios, por qué se aumentaron impuestos y retenciones cuando el Presidente había prometido eliminarlos, por qué se atrasó dos veces la emisión del mensaje.

En el medio hubo una reunión con China. Sí, ese país comunista que Javier Milei desprecia tiene intereses consolidados en la Argentina y no puede ser ignorado. Tal vez para preservar la promesa del Presidente -no mantener relaciones diplomáticas ni comerciales con el gigante asiático-, el Gobierno decidió ocultar una reunión con Wu Weihua, enviado especial de XI Jinping a la asunción. Tampoco contó que horas más tarde se dirigió al Jefe de Estado oriental mediante una carta en la que le pidió fondos.

¿Cómo nos enteramos entonces? Lo contaron los chinos.

Hay una explicación transversal para todos esos actos de ocultimo: el Presidente está tomando decisiones que van en sentido contrario a sus propuestas de campaña. Se comporta como casta, sube impuestos, asume compromisos con países comunistas y carga sobre la clase trabajadora la parte más pesada de un ajuste que en teoría sólo iba a golpear a la política.

Flota en el aire una pregunta que nadie puede responder: ¿Está Javier Milei tomando estas medidas? ¿Se las impone alguien de afuera? ¿Quién sería? ¿Mauricio Macri, Toto Caputo, el Fondo Monetario que salió a descorchar en tiempo récord? Tal vez si el presidente le pusiera la cara a los anuncios podríamos encontrar alguna pista -en un gesto, en un descuido.

Las contradicciones van a continuar en las próximas horas. El Banco Central, que no fue bombardeado, va a dictar una serie de medidas de política monetaria. Economía va a plantear el regreso del Impuesto a las Ganancias, cuya eliminación propuso Sergio Massa -y muchos no le creyeron- y votó Javier Milei cuando era diputado. El vocero presidencial lo llamó “reversión del plan platita” -y ese eufemismo reclama derechos de autor.

Por ahora, Milei tiene un salvoconducto que le permite llevar a cabo estas salvajadas sin pagar costo político. A las críticas de la oposición, los liberales las desestiman porque vienen de la casta -de la mala. A las críticas del periodismo las explican porque “se cortó la pauta”. En las redes sociales, el ejército de trolls hace su aporte en la batalla.

“No vamos a mentir”, dice el vocero presidencial, Manuel Adorni, en modo Homero Simpson (Temporada 8, episodio 18, “Homero contra la prohibición”. Para una mejor comprensión de la referencia se adjunta el video). El gobierno debe, sin embargo, saber que, así como llegará la hora de pagar las cuentas, va a venir el momento de dar explicaciones. Y, por el rumbo y el cariz que toma la situación, deberán ser claras, consistentes y a cara lavada.

 

Nota de Opinión -Por Eduardo Médici para Infocielo